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En alma en los sentidos. Sobre Medardo, película dirigida por Nitsy Grau
En el año 2012, de manera excepcional, llega a Broadway una obra de factura ecuatoriana, protagonizada por el actor ecuatoriano Julio Ortega. La obra buscaba mostrar a uno de los poetas emblemáticos de nuestro país, Medardo Ángel Silva.
En este año, y luego de un arduo trabajo, el guion teatral se adaptó al cine, obra del mismo Ortega, y ve la luz la película Medardo, bajo la dirección de Nitsy Grau, protagonizada y dirigida por el actor ecuatoriano.
Perteneciente a la Generación Decapitada de la poesía ecuatoriana, Medardo Ángel Silva es conocido, aunque muchos no lo crean, de forma indirecta, pues sus versos han inspirado canciones, además de que su melancólica figura siempre ha despertado curiosidad, al punto de que se ha mitificado su nombre: el joven atormentado desde siempre, que coquetea con la muerte hasta encontrarse con ella a la temprana edad de 20 años.
La película explora precisamente ese flirteo macabro, esa actitud de desapego del poeta hacia la vida, y es que la historia del joven poeta no era a todas luces alegre ni auspiciosa, a pesar de su talento.
Medardo Ángel Silva (1898-1919) fue un talentoso poeta, autodidacta, reconocido antes de su trágica muerte, y es esta la época retratada en la película Medardo, la época en que el poeta traba conocimiento y relaciones con Rosa Amada Villegas, quien se supone fue la causa del ‘suicidio’ de Silva.
Si bien la causa de la muerte del poeta ha sido ampliamente discutida —se dice que por la trayectoria de la bala no concuerda con la teoría del suicidio, y en esa época el poeta comenzaba a publicar y a ser reconocido nacionalmente por su obra—, se indaga también en la muerte como motivo poético de Silva en la película, convirtiéndola casi en un personaje más, en una ciudad donde los claroscuros se producían en cada esquina y donde el mestizo era mal visto aún, frente a una clase media que quería volverse blanca a cualquier costo.
Los versos de Medardo Ángel Silva, representantes del modernismo en el Ecuador, muestran una melancolía profunda, una visión pesimista de la vida, y a la muerte como un refugio, quizá un descanso de las penurias de la existencia. Estas imágenes son las que han tratado de transmitir los realizadores de este filme y así han llegado a incluir a la Muerte como un personaje más, encarnado por la actriz Edna Lee Figueroa. Además, entre las actuaciones cabe destacar la presencia de la actriz venezolana Lupita Ferrer, quien encarna a doña Rosa, la madre de la novia de Medardo Ángel Silva, y quien se opone a la relación de los jóvenes, es decir, detona de cierta forma la tragedia que coronará esta historia de ficción, la del recuerdo real de uno de nuestros poetas más importantes y cuya memoria, con el tiempo, también ha ido desvaneciéndose.