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Son datos oficiales: en un año la pobreza pasó de 24% a 22%. Y eso, siendo una gran noticia, también pone en evidencia otras realidades que no se exhiben ni analizan a la hora de entender qué país tenemos y, por qué no, qué más hace falta para superar esa misma pobreza y generar otros escenarios sociales. Como nunca antes el Ecuador experimenta un cambio en este terreno: año tras año se reducen los índices de pobreza. Eso quiere decir que hay más ecuatorianos que ingresan a otra realidad, superan décadas de marginación económica y por lo tanto se crean opciones de vida digna. Y todo ello ocurre porque la política pública tiene un efecto positivo: generar empleo, contar con oportunidades reales de educación y acceso a la salud, entre lo más importante. Por eso también es muy extraño que determinados actores políticos consideren que la economía y la equidad social solo serán efectivas si no se cobran impuestos o que el Estado deje de invertir mucho en generar oportunidades reales. (O)