Es un artículo duro el que nos pinta Lucrecia, pero bastante cercano a la realidad. Nos ayuda a entender que esto del poder político en un mundo capitalista, dominado por los grandes imperios, por las transnacionales, por los fabricantes de armas y de guerras, no es simplemente un asunto de buena voluntad. Hay algo en lo que disiento con la querida amiga Lucrecia: Cierto es que Rafael Correa se volvió prepotente, obsesivo, exagerado en los epítetos de sus sabatinas, pero ese no es el problema real, esa no es la causa de lo que está pasando, el problema real es que quienes siguen controlando este país son los mismos apellidos, con sus mismas empresas, con amigos poderosos en las Fuerzas Armadas, con representantes todopoderosos en la banca, dueños de los medios de comunicación.

El problema es que, como ya lo dijo León Trotski, no se puede construir el socialismo en un solo país, porque el socialismo es un sistema político, económico, social, pero sobre todo global, y lastimosamente los primeros que construyeron el socialismo y que hicieron cosas prodigiosas eran los países más atrasados del orbe y no como señaló alguna vez Marx, los países más desarrollados del mundo, por eso, aunque consiguieron grandes logros para su población, no lograron contagiar a los demás países capitalistas, y obviamente se quedaron aislados y rezagados.  

Hay que reconocer que Correa está modernizando el capitalismo ecuatoriano, impulsando una mejor educación, mejor salud, una mejor infraestructura productiva, vial, sanitaria, educativa, etc., impulsando una vida más digna. El dinero y los medios de comunicación son los más importantes aliados con los que cuenta esa oposición brutal, también está detrás el andamiaje imperialista, EE.UU. y la Comunidad Económica Europea.

El poder imperial es superior a todos los esfuerzos que Correa haga por sacar a Ecuador de la miseria. Y muchos de los que luchaban con nosotros en épocas pasadas, ahora se alinean con los nuevos poderes de la derecha ecuatoriana y estadounidense, incluso se refugian en EE.UU. pidiendo que intervenga en los asuntos del Estado ecuatoriano. La única posibilidad de avanzar en estos momentos es construyendo ese gran bloque latinoamericano, sudamericano, que impulse una única política internacional de independencia en la que fue pionero Hugo Chávez Frías, secundado por Rafael Correa y otros gobernantes de América Latina, pero lamentablemente tenemos todavía países que siguen siendo los Judas.

Hoy más que nunca debemos derrotar el miedo, las mentiras de quienes quieren despechar a esa inmensa masa de personas que creemos en este proyecto. Debemos apropiarnos de lo que nos pertenece: esta revolución que está avanzando, y señalar lo que está mal, señalar lo que debe cambiar, exigir que se vayan algunos traidores que están devengando sueldos en los cargos gubernamentales, pero que no contribuyen con nada; exigir que los líderes deben trabajar más con las masas populares, exigir que la militancia debe ser formada para construir un partido revolucionario. Debemos exigir que salgan del Gobierno los personajes de derecha que no deberían estar ahí y que le están haciendo mucho daño a Alianza PAIS y al Gobierno.

Jenny Londoño López
Cientista social, historiadora y escritora