El ceviche de pinchagua es parte de la esencia gastronómica de Manta
“‘Miquito’, una pinchagua”, es lo primero que dice Omar Cedeño al llegar a la esquina de las calles J 10 y J 7, en el barrio Jocay. Su petición es respondida por Ricardo Reyes, sí, el ‘Miquito’, quien le dice: “Con maní o sin maní”, para inmediatamente servir el plato de ceviche.
Ese diálogo se repite varias veces al día, con diferentes clientes, quienes han convertido al ceviche de pinchagua en su plato predilecto, sobre todo, para la media tarde.
Son cerca de las 17:00 y el ‘Miquito’ (así se conoce a las personas blancas y rubias en Manabí) ya ha vendido una de las 2 bandejas que tiene a disposición todas las tardes. Su horario de venta es de 15:00 a 18:00. Es el único lugar donde se puede conseguir curtido de pinchagua a esa hora. El toque especial se lo da el maní, al estilo de los ceviches de Jipijapa.
“Yo ando en triciclo, pero no necesito moverme, todos mis clientes ya saben dónde está parqueado el mejor ceviche de pinchagua de Manta”, resalta Reyes, quien lleva más de 7 años en la elaboración de este plato.
“Todo empezó cuando me quedé sin trabajo. Una tarde empecé a experimentar para hacer un ceviche para mi familia y todos me dijeron que salió muy rico, entonces seguí practicando y luego empecé a vender. Antes de esto yo había trabajado en construcción, en un hotel y en fábricas de la ciudad, pero nada es como vender pinchagua, mis clientes me alegran la tarde y paso lindos momentos con ellos”, dice.
Entre sus comensales están “médicos, ingenieros, abogados, de toda clase social. El personal de la Fiscalía siempre viene”, resalta.
Uno de sus clientes habituales es Jorge Alcívar, uno de los taxitas que acuden al lugar. Es normal llegar al Jocay y ver la esquina del ‘Miquito’ rodeada por autos amarillos.
“Comerse una pinchagua a esta hora me reanima, es la vitamina que necesito para seguir trabajando”, dice Alcívar.
Richard Delgado es otra de las personas que vende ceviche de pinchagua. Su puesto está ubicado en el mercado de Playita Mía. Su local está abierto desde las 06:00. “Es un negocio familiar, en el que unos quitan las vísceras del pescado y otros lo ponen a curtir. Dicen que quitar la vísceras a la pinchagua es difícil, pero para nosotros es algo rápido, de todos los días”, resalta Delgado, quien lleva 13 años con la venta de ceviches.
Al día comercializa 200 platos. Cuenta que consigue la pinchagua en Manta, Crucita, Jaramijó y Puerto López, la compra entera, para abaratar costos.
Aprendió a preparar este plato de la familia de su esposa. “Pero nadie lo preparaba con maní. Un día se me ocurrió ponerle maní y a todos les gustó. Luego me enteré de que así preparaban los ceviches en Jipijapa, pero yo no lo copié de allá, simplemente se me ocurrió”, asevera Delgado.
Xavier Murillo es uno de sus clientes fijos. Él vive en Guayaquil, pero viaja a Manabí por trabajo todas las semanas. “Cada vez que vengo a Manta como pinchagua, es riquísima. Si en Guayaquil lo mejor es el encebollado, acá lo mejor es un ceviche de pinchagua”, manifiesta.
Para este trabajador de una empresa de alimentos de consumo masivo, lo mejor de este plato es su costo. “Con 2 ‘latas’ (dólares) me como tranquilo un ceviche y me lleno. En Guayaquil, este plato mínimo cuesta 4 ‘latas”.
Otro de los puntos de la ciudad donde comercializan este pescado es en Santa Martha. Ahí, Lester Moreira es un visitante continuo. “Yo conozco este lugar desde hace más de 10 años. A veces como pinchagua sola o con camarón. Aquí el sabor es muy bueno, siempre se llena este local”, indica este morador del barrio Umiña.
Junto a su mesa está la de Inocencio Delgado, un montecristense que realiza un trayecto de 20 minutos solo para comer este delicioso plato. “La pinchagua me revitaliza. No había comido este pescado, peor un ceviche con maní, pero este ceviche es afrodisíaco, hoy lo compruebo”, dice entre risas.
Otro punto donde se puede encontrar a la venta el ceviche de pinchagua en Manta es en la avenida 113, cerca del colegio Jambelí; así como en las afueras del cementerio general. (I)