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El Telégrafo

¿Qué comen los nutriólogos?

¿Qué comen los nutriólogos?
19 de julio de 2015 - 00:00

Su misión es enseñarnos a comer bien, a mantener una dieta equilibrada, a evitar las grasas saturadas y a ejercitarnos, con cierta frecuencia, para llevar una vida saludable, pero ¿qué pasa con ellos, con los nutriólogos? Hay quienes creen que estos especialistas siempre se alimentan bien, al punto de evitar cualquier tentación, por más suculenta que esta sea.

Ana Patricia Moreno, nutrióloga y máster en psicopedagogía, indica qué hay de cierto sobre el régimen alimenticio que llevan estos especialistas.

Ustedes, los nutriólogos, nos dicen qué comer y qué no. ¿Aplican estas recomendaciones a su vida diaria?

En realidad, creo que no siempre. Personalmente, del 100% de los consejos que debería aplicar cumplo el 80%, porque tener una alimentación saludable, balanceada y estricta —como recomendamos— es privarse de alimentos sabrosos. Con lo que sí soy estricta en mi vida es con el tema del ejercicio. Procuro no dejar de hacerlo.

Entonces sí se da algunos gustos.

Claro. Se supone que, de lunes a viernes, las personas tenemos una dieta más balanceada, con las 5 comidas en el día, pero el fin de semana, generalmente, salimos a un restaurante y no siempre sabemos cómo preparan la comida, a veces, pueden utilizar más grasa de la que consumimos entre semana. Así que el fin de semana si me da ganas de comer una pizza, un helado o un postre, pues lo como.

¿Los nutriólogos pueden sufrir de desórdenes alimenticios?

En nuestro país quizás muy poco todavía, pero creo que está creciendo en las nuevas generaciones de nutricionistas. Me parece que muchos jóvenes ven a la nutrición como una moda y que puede llevarte a estar bien, guapa y todo lo demás, puede   haber ciertos jóvenes que opten por esta carrera para verse bien.

En el caso de mis maestras de la universidad, no creo que haya eso. Me parece que en países como Argentina, Brasil y otros, este fenómeno es más evidente.

¿Cómo se lo podría evitar?

Me parece que en los primeros semestres de las universidades sí se debe hacer este tamizaje para identificar el interés de los estudiantes por ayudar a otros a llevar una vida saludable o si su interés es únicamente verse bien y utilizar esta carrera para afianzar esos estereotipos relacionados con la belleza y que, a veces, también están vinculados con el tema del modelaje.

En ese afán por comer de forma equilibrada y saludable, ¿los nutriólogos se obsesionan por conocer siempre los componentes de los productos que consumen?

Me parece que sí. Los nutriólogos y especialistas que trabajan con la salud y la estética sí están siempre pendientes por ver a como dé lugar la etiqueta de los productos. En mi caso, dejé de hacerlo, a raíz de que estudié nutrición. Cuando tenía menos conocimiento sobre los productos me fijaba más en el tema de las calorías; ahora no. Conozco gente en el medio que sí se ha llegado a obsesionar con el tema. Se fijan en el porcentaje de sal, de grasa, de calorías...

¿Y cómo les va con los horarios? ¿Cumplen, a rajatabla, con las 5 comidas diarias?

Todo depende del tipo de trabajo que tengas. A mí se me hace más fácil cumplir con los horarios, pero a nivel hospitalario puede ser más complicado. No todos pueden cumplir con sus 5 comidas.

¿Qué alimentos evitan a toda costa los nutriólogos?

Creo que los productos altos en grasas saturadas, porque como sabemos es un factor que pone en riesgo la salud cardiovascular. Además, es lo más complicado de quemar a nivel de tejido adiposo (de grasa acumulada en abdomen). Creo que en eso siempre te fijas. Una vez que aprendes, tratas de comer grasa, pero no   la saturada que no es beneficiosa.

¿Dónde está presente la grasa saturada?

Está presente en las frituras, en el pollo frito, por ejemplo. Aunque el pollo no tenga piel, el contacto del aceite con el calor de la sartén, ya produce una grasa saturada. Esta también se encuentra en los snacks, bollería (empanadas, bolones, pastas en las que se mezcla grasa con azúcar o con crema).

¿Los nutriólogos pueden sufrir de sobrepeso?

Sí, claro. Hay jóvenes con sobrepeso que ingresan a la carrera justo para tomar conciencia y lograr tener un estilo de vida más saludable. Sí conozco casos y son quienes, en ese sentido, son más tranquilas en el tema de la nutrición. No se obsesionan.

Hace poco, un artículo publicado en un diario estadounidense revelaba que hay nutriólogos que evitan comer en restaurantes o se abstienen de comer en reuniones sociales. ¿Usted lo ha constatado?

Sí, en realidad, en reuniones con otros colegas, con excompañeros, sí es frecuente encontrar uno que otro que se cuida más o menos y que sobra comida en el plato y que se abstiene de comer el postre. Eso es muy frecuente en el medio, pero tampoco hay que generalizar. Si en Navidad, por ejemplo, se preparan comidas muy contundentes, lo mejor es servirse menos de cada plato.

¿El dicho “desayunar como reina, almorzar como princesa y merendar como mendigo”, es válido?

La verdad no es lo óptimo, porque hay personas que creen que para bajar de peso, lo mejor es tomar un agua aromática y unas galletas a la hora de la cena, pero, eso las puede engordar, porque muchas horas de ayuno en el cuerpo, harán que al día siguiente devore la refrigeradora y aumente de peso. Merendar como mendigo no es recomendable, porque el cuerpo necesita proteína y vegetales.

Usted dijo que era muy estricta con el ejercicio. ¿En este aspecto, los nutriólogos sí son disciplinados?

En mi medio sí. En ese caso, es más importante la parte saludable que la estética. A nosotros en la carrera nos dicen: “Tienen que recomendar un estilo de vida saludable y esto implica también el ejercitarse. Me parece que los nutriólogos lo cumplen por un tema de conciencia, porque cómo puedo recetarlo, si no soy capaz de aplicarlo e incluso cuando uno se ejercita cambia la actitud. Te sientes más ligera y optimista. (ARB)

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