El turismo en el Ecuador, del cual solamente conocemos sus avances estadísticamente, no tiene la fuerza de una acción que nos permita evidenciar un manejo conceptualmente distinto a lo ya conocido, esto es, por ejemplo,
priorizar a la recreación y al turismo entre las necesidades básicas más sentidas de los individuos, o si hemos de reivindicar el uso del tiempo libre definiendo al ciudadano como sujeto del desarrollo en función de sus legítimos anhelos para el logro de una mejor calidad de vida y goce de vivencias, y no solamente esperanzarnos a ser inmejorablemente receptivos o promocionadores insistentes de nuestra geografía.
Se insiste, en el Ecuador, en un formato turístico que es recurrente, insistiendo en promover a un país con grandes deficiencias estructurales en este sector que no nos permite posicionarnos como destino turístico diferenciado con la fortaleza que quisiéramos.
Debe considerarse, a mi entender, un posible cambio de modelo que abarque todos los aspectos que hagan posible su desarrollo. Ser anfitriones, entre las tantas cosas por hacer, sin tener la casa provista de servicios y comodidades, solo nos acarreará una pérdida progresiva de reconocimiento en el ámbito turístico. Los países vecinos debidamente equipados serán los inmediatos beneficiarios de una demanda que no supimos aprovechar.
No cabe duda de que el turismo es para este gobierno una de las preocupaciones más sentidas, a saber por las propias declaraciones del señor Presidente, pero que en el marco del desarrollo del país no se aprecia con el mismo vigor de otros frentes, cuyos beneficios en el orden social y económico se perciben claramente definidos.
Arq. Vicente Nevárez Rojas
C.C. 0901982785
Libro publicado:
“El desarrollo del turismo en el Ecuador,
fundamentos y realidades”
[email protected]