Como pregunta significativa, los principales medios han planteado cuál es el mensaje que dejó el Papa en su visita a Ecuador, a lo que muchos han respondido que lo más importante ha sido su testimonio de paz, esperanza, justicia, etc., entre otros conceptos de interés para fieles y no creyentes o de otras confesiones, lo que aparenta haber atenuado temporalmente la virulencia de ciertos discrepantes, especialmente en las redes sociales donde se manifiestan, por lo general, encubriéndose en el anonimato, mediante expresiones que rayan en el odio vesánico contra un gobierno que ha hecho en ocho años lo que otros no hicieron casi en cien.

Ante lo que mi hija acertadamente expresó por Twitter: “De los creadores de: ‘Maldito Correa, ojalá te mueras’ llega a las redes (hipócritamente): Qué alegría ver al Papa, bendícenos señor Jesús”. Pues ese odio se origina en que ya no pueden atropellar la ley y al ciudadano impunemente como se habituaba con la llamada ‘regalada gana’ institucionalizada por un amoral ícono de la partidocracia durante la que algunos aprovechaban el estraperlo, fraude fiscal, burla de los derechos laborales y más infracciones consuetudinarias que un verdadero Estado de derecho no puede permitir. Aquello, irónicamente, es calificado como dictadura o tiranía por los beneficiarios del caos y la anarquía, quejándose -además- de la falta de ‘libertad de expresión’, pese a que constantemente injurian y calumnian a la Revolución Ciudadana.

Jorge Chambers Hidalgo