El acopio histórico de sabiduría del pueblo griego emerge ahora, cuando, producto de un largo proceso de intervenciones extranjeras (Italia, 1940; Alemania, 1941; EE.UU., 1947; EE.UU., 1967), una dictadura impuesta y gobiernos proclives a la componenda y la corrupción, acumuló una descomunal deuda externa, que alcanza los 342.200 millones de euros (cerca de medio billón de dólares), desglosados así: 240.000 millones -110.000 en 2010 y 130.000 millones en 2012-, producto de los rescates del FMI y el Banco Central de Europa (BCE), y 100.000 millones en deudas acumuladas desde la década del 90 del siglo anterior.

Gran parte de esta deuda tiene relación con la compra de armamento, porque Grecia es miembro de la OTAN desde 1952 y los gastos militares equivalen al 2,6% del PIB; la fuerte evasión tributaria (ref.: entre 2010 y 2014, fugaron de Grecia alrededor de 200.000 millones de euros –La Vanguardia, España, 01.07.2015) y el despilfarro. El contexto global arranca en 1980, cuando en medio del sobreendeudamiento del 70, con los petrodólares, el FED (Banco de la Reserva Federal, EE.UU.) decreta una drástica subida de los intereses, hasta alcanzar el 21%; los países endeudados deben dedicar mayores flujos de divisas para pagarla.

Esta situación genera la crisis mundial de la deuda. Grecia es la puerta de acceso a los Balcanes y estratégica para los EE.UU. La potencia desarrolló la errónea teoría de que el control de las vías fluviales le darían el control sobre Rusia y China. Todo el poderío económico-financiero, cultural y militar está orientado bajo esa estrategia. Sin embargo, las crisis están de regreso a su historia y geografía, porque no son asimétricas.     

El viejo truco de la ‘troika’ de imponer condiciones a través de la concesión de los créditos y diferir sus desembolsos hasta la asfixia, se volvió a aplicar a Grecia. Saben que es inviable la deuda, aun con un crecimiento del 4% hasta 2030 se mantendrá en el 118% del PIB. El problema no es financiero, es político. Dominar para que acepte el drenaje de los excedentes económicos y las funciones geopolíticas de la OTAN.

En cambio, la estrategia de Alexis Tsipras es muy clara: descuento inicial del 30% del valor actual de la deuda, luego segmentar los créditos -legítimos e ilegítimosl y someter al mercado los bonos legítimos para que este lo valore a 20 años, en condiciones de default. Recorrer el camino ya conocido del Ecuador en este tema.

El factor determinante y que gravita en las negociaciones, así como en el efecto dominó que se prevé se desate a posteriori en la eurozona, es el político a través de la democracia: 1) en el referéndum el pueblo se pronunció por el ‘No’, los ejes de negociación vendrán del gobernante Syriza; y 2) las políticas institucionales de ajuste fracasaron en Grecia.

El ejemplo de Grecia lo podrían seguir España, Italia, Portugal y otros en la eurozona.

Jorge E. Carrillo Ch.