Cuando BlackBerry calló
se lamentó mucha gente,
ese fono “inteligente”,
sucede que colapsó.
Un zafarrancho se armó,
sin mensaje, sin correo.
-El asunto está muy feo,
me dijo doña Cristina,
una vieja parlanchina
maestra del chismorreo.
Un amigo jorobado
de tanto escribir mensaje,
se moría del coraje,
por el silencio obligado.
Se sentía acorralado,
como sordo, ciego y mudo,
también se sentía desnudo
en el doscientos por ciento,
y creció su descontento,
hasta ponerse trompudo.
Y teme doña María
que se repita el relajo,
que el mundo se venga abajo
con todo y tecnología.
Ya las cosas hoy en día
se manejan con el dedo,
eso dijo don Alfredo,
un veterano poeta,
que se muere de rabieta
cuando se enreda en las “redes”.
Yo le dije: -si no puedes,
haz que te ayude tu nieta.
Pp. Regato