El Templo Budista es un lugar donde la puerta siempre permanece abierta
Una puerta grande permanece abierta todo el tiempo en el Templo Yuan Heng, en la ciudadela La Garzota (en el norte de la ciudad).
Los pasos de los visitantes se escuchan cuando ingresan a la única construcción budista que existe en Ecuador. El silencio es característico del lugar.
Como en las películas asiáticas, el techado es rojo y con muchos detalles. También hay ideogramas en las paredes.
Es de mañana, miércoles, y no se ve casi a nadie. Salvo a un joven recepcionista que, en perfecto mandarín, llama a Kevin Chen, el administrador.
Chen, en un español en el que sobresale la letra ‘ele’, relata que en este 2015 se cumplen 20 años desde que llegó una misión de Taiwán para levantar la estructura, que se puede observar desde lejos.
En 1995, señala Chen, unos monjes arribaron al puerto principal para buscar terrenos.
“Llegaron y les gustó el lugar porque hay muchos cerros. Es tranquilo”, cuenta Chen.
Él labora allí desde el 2007, año en el que se terminó la edificación. En el 2008 fue inaugurada.
A la recepción comúnmente suelen llegar jóvenes y adultos que preguntan si en el sitio se dan clases de mandarín.
Efectivamente -confirma el administrador- comenzó a enseñarse el idioma a los hijos de taiwaneses, radicados en la ciudad, que deseaban conocer la cultura oriental. También se enseña taichi y meditación.
Hace 40 años Guayaquil fue uno de los cantones que recibió a asiáticos que se quedaron tras consolidar sus negocios.
Muchos de ellos eran budistas, por esa razón nació el pedido de crear el espacio.
“No tenían un refugio espiritual como las personas de otra religión. El 80% de los asiáticos es budista”.
La creencia
En el Yuan Heng llama la atención una persona ataviada de gris y con el cabello rapado.
Cuando camina, usando medias negras y sandalias que le combinan con la ropa, casi no hace ruido. Esa persona se llama Shih Fa Long. Es la única monja que reside en el enorme templo (mide una cuadra). ‘La maestra’, le llama Chen.
La maestra casi no habla español. “Muy difícil”, intenta explicar escuetamente.
El administrador se convierte en su traductor cuando los hispanohablantes quieren consultarle sobre la religión. Normalmente en el templo se habla mandarín.
Cuando le preguntan por el atuendo, ella, por medio de Chen, responde: “Es el reglamento. No hay una explicación”.
Como las iglesias de otros credos en este templo también se habla en un tono de voz suave.
La maestra atiende a quienes quieren hablar de sus problemas. Se da tiempo, a pesar de que debe levantarse a orar a las 04:00. Hace lo mismo, 3 veces, antes de cada comida (07:00, 12:00 y 17:00).
“El budismo está en el corazón de todos”, expresa.
La religión intenta reforzar el tema de la causa y efecto. Es decir, los problemas son el efecto de algo.
“Engordar es el efecto; comer mucho la causa”, lo explica de forma más sencilla Chen.
La maestra y el administrador dicen que cualquier ciudadano puede entrar. Para ingresar al templo, que está en la planta baja, hay que sacarse los zapatos para evitar ensuciar el piso de la sala donde hay imágenes de Buda. “Hay que arrodillarse (sobre cojines suaves)”.
Además, hay un ánfora en la que pueden hacerse donaciones.
El templo está abierto de martes a domingo, de 09:00 a 12:30 y de 14:00 a 17:30. El domingo, de 10:00 a 12:00, es la ceremonia y la meditación.
Los lunes se mantiene cerrado, debido a que se hacen labores de mantenimiento y se organizan las diversas actividades de la semana y del mes.
Recientemente se organizó la entrega de útiles, como regalo, a una escuela de la ciudad.
También se ofrece alimento gratuito en las actividades especiales, como por ejemplo, el nacimiento de Buda, que se celebra el último domingo de mayo. Cualquier persona puede hacer donaciones.