Rocafuerte, una calle con historia y presente
Con el pasar del tiempo la vida evoluciona de tal forma, que es hasta complejo creer que la calle Rocafuerte alguna vez fue un sector cacaotero importante de Guayaquil. Hoy es conocida como la avenida principal de la denominada zona rosa, un espacio de vida nocturna citadina.
Algunas familias que habitan en el sector recuerdan con nostalgia lo que fue este barrio. El nombre lo lleva en honor al expresidente Vicente Rocafuerte. Esta tradicional calle empieza al pie del cerro del Carmen y termina con otro nombre en el sur de la ciudad.
Con melancolía, María Piedad Drouet, antigua moradora, posa su mirada en los viejos árboles que se encuentran en los parterres de esta avenida. Recuerda con nostalgia el olor a cacao que impregnaba el barrio en el que ha vivido toda su vida.
La alegría que sentía cuando caminaba en las procesiones que culminaban en la iglesia Santo Domingo de Guzmán. Las familias eran unidas, amables y se conocían entre sí. Comenta que ahora son pocos los vecinos que aún quedan en el sector.
El cambio que ha tenido este sector ha sido determinante, sus calles llenas de quietud hoy son una algarabía acompañada de música de distintos géneros. La remodelación se nota claramente pues la avenida fue regenerada con diseños antiguos y modernos, se sembraron decenas de plantas.
Las plazoletas bajo los edificios ocupan gran parte de la vereda donde caminan las personas. Este es el espacio ideal para quienes buscan descansar del trajín del centro. La calle cuenta con asientos que permiten disfrutar la vista.
Visitar esta parte de la ciudad es una experiencia turística que cada guayaquileño debe vivir. El sitio sirve para reencontrarse con parte de la historia.
Desde inicios del siglo XX en la Plaza Colón funcionaban retretas que divertían a los habitantes no solo de la calle Rocafuerte, sino de los alrededores. En este sector también se encontraban carrozas haladas por caballos y mulas, que transitaban por calles llenas de lodo.
Visitar la Rocafuerte es recordar las enormes casonas como la Quinta Josefa, la Quinta Pareja y la Quinta Rosales. Los pequeños callejones como Banife, Cangrejito y Pacheco.
Solo el callejón Magallanes no fue cerrado por el Municipio pues sus habitantes, gente sencilla, construyeron chalets y pequeñas viviendas. En este callejón hoy funciona el espacio Muégano Teatro. (I)