Cuando un hombre descubre lo bello que es vivir y tener amigos
George Bailey está a punto de lanzarse al correntoso río desde un puente y en plena Nochebuena, pero un anciano es más quien cae al agua. El buen corazón de George lo conduce a salvar al prójimo.
Es la esencia de George, un tipo que durante su vida se ha dedicado a ayudar a otros, sacrificando sus sueños de viajar por el mundo y construir edificios.
Aquel anciano se llama Clarence y en realidad es un ángel que Dios envía a la Tierra como respuesta a las oraciones de los familiares de George, quien ha perdido 8 mil dólares que debe cancelarle al dueño de Bedford Falls. Si no lo paga irá a prisión, acusado de robo.
Este relato es el clímax de ‘It’s a wonderful life’ (1946, conocida en Latinoamérica como ‘Qué bello es vivir’), de Frank Capra y con el protagonismo de James Stewart como George Bailey.
El argumento cuenta la vida de George como el hijo del propietario de una casa de cambios que ayuda a los moradores de Bedford Falls, un pueblo que está dominado por el ricachón y avaro Henry Potter (interpretado por Lionel Barrymore, el tío abuelo de la actriz Drew Barrymore).
Postrado desde una silla de ruedas ha intentado por décadas cerrar la casa de cambios de los Bailey. No lo consigue ni siquiera cuando muere Peter Bayley, el padre de George, justo cuando estaba a punto de irse del pueblo para estudiar arquitectura, mientras conoce París, Roma y otras ciudades.
Para evitar que la casa de cambios quiebre, George asume la presidencia y envía a la universidad a su hermano Harry (Todd Karns). Aunque George es huraño y tímido, se casa con Mary Hatch (Donna Reece), quien ha estado enamorada de él desde eran niños y el trabajaba en una farmacia.
Su buen corazón le impide viajar a su luna de miel con Mary y salva nuevamente al pueblo. Crea una urbanización a la que bautiza como ‘parque Bailey’. Poco a poco la gente que es explotada por Potter adquiere casas propias.
Cuando Billy Bailey, el despistado tío de George, pierde los 8 mil dólares, debe huir. Se ofusca tanto que decide suicidarse, pero Clarence (Henry Travers) le muestra a George cómo sería el mundo si él no hubiera nacido. Y George se encuentra con la triste realidad de que no pudo salvar a su hermano de ahogarse, a un boticario de ir a la cárcel y de casarse con Mary, porque simplemente “no nació”.
George se da cuenta de cuán importante ha sido para el prójimo y desea vivir. Dios le concede el deseo y George asume la posible aprehensión, pero no sabe que Mary pidió ayuda al pueblo, que agradecido reunió más de los 8 mil dólares para no ir a la cárcel.
La película de Capra tiene un mensaje de amistad, valores, servicio, amor y paz, que ha trascendido con los años.