“Los miembros del directorio HAN manejADO EL ISSFA como hacienda propia”, afirma un miembro de la entidad castrense
Militares de tropa en retiro cuestionan supuestos privilegios de los oficiales
Ecuador se convirtió en el primer país latinoamericano en dotar a sus Fuerzas Armadas (FF.AA.) con un sistema de seguridad social, logrando un hito para la institución militar, obra de la Revolución Juliana (1925-1931 ). Durante el gobierno de Isidro Ayora (1929-1931) se reformó el Estado con la creación de varias leyes de carácter económico y social, entre ellas, las de jubilación, montepío civil, ahorro y cooperativa, las cuales sirvieron de base para la creación de un sistema de seguridad social ecuatoriana y de retiro militar que se fortaleció con la Ley de Pensiones de las FF.AA., promulgada el 2 de marzo de 1939, año que inició la Segunda Guerra Mundial.
Unos 18 años después se crea la Caja Militar como ente independiente, administrada por la caja de pensiones para el pago por concepto de retiro, invalidez, montepío y mortuoria a favor del personal militar retirado. Finalmente, el 7 de agosto de 1992, tres días antes de finalizar el gobierno de Rodrigo Borja, se creó el Instituto de Seguridad Social, propio de la institución militar (Issfa).
Dicho organismo es “autónomo, con finalidad social, personería jurídica, patrimonio propio, domiciliado en la ciudad de Quito, y no está sujeto a la intervención de la Contraloría General del Estado”, se lee en el artículo 1 de la normativa.
El patrimonio del Issfa está constituido -según el artículo 4- por, además de las aportaciones de los pensionistas, las contribuciones del Ministerio de Defensa Nacional (aporte patronal), las asignaciones anuales que constan en el Presupuesto General del Estado y la Caja Militar, que también es financiada por el Estado, tal cual consta en la Ley de Pensiones de las FF.AA.
Es decir, el Estado aportaría más del 60% por concepto de subsidio a esas pensiones de las que son beneficiarios el militar, su familia o los derechohabientes (ver gráfico).
Además de los ya mencionados, el Issfa proporciona a sus afiliados las siguientes prestaciones: el seguro de salud, accidentes profesionales, fondo de vivienda, póliza de seguro, préstamos hipotecarios y quirografarios, entre otros.
Los militares de la tropa en servicio pasivo consultados por este diario no se muestran conformes con la aparente desigualdad en el trato que reciben, tanto en su vida militar activa como cuando se retiran, en comparación con la de los oficiales de las FF.AA.
Los beneficios varían
“Alguna vez el presidente (Rafael Correa) dijo que nos servíamos los alimentos en vajilla de aluminio y los oficiales en loza. Nosotros hacíamos cola para coger el rancho y a ellos (oficiales) les servían los saloneros en comedores”, cuestionó Alejandro Pérez, suboficial terrestre retirado con 21 años de servicio.
Así como Pérez, el vicepresidente de la Confederación de Militares en Servicio Pasivo y presidente de la Asociación de Combatientes del Cenepa, Pablo Terán, denunció los presuntos altos viáticos que reciben los oficiales y los reconocimientos que se les otorga cuando, por ejemplo, ascienden de mayor a teniente coronel en la Academia de Guerra.
“¿De dónde sale todo este dinero, si son como 200 graduados y, de lo que tengo conocimiento, cada uno de ellos y su cónyuge tienen 1 mes de estadía por 6 países de Europa? Y no es solo para el Ejército, sino también para la Marina, Aviación y Policía”, manifestó Terán.
Jorge Terán, sargento segundo retirado con 20 años de servicio, reclamó que cuando acuden al Hospital Militar existe preferencia de atención, dependiendo del rango que tiene el militar retirado: “A mí me dan la cita para 2 meses después, pero si entra la hija o el mismo oficial les atienden ese rato”. Por otro lado, los oficiales retirados defienden algunos de estos reconocimientos, puesto que son una institución jerárquica.
Por ejemplo, el coronel Mario Pazmiño explicó que un soldado y un militar de rango más elevado tienen diferentes niveles de responsabilidad, entonces sus niveles de “aportación tampoco son los mismos en ningún caso y también el tiempo de servicio son factores a considerar”.
Sobre los privilegios que podría tener la alta cúpula militar, como viajes a Europa, Pazmiño sostuvo que no lo considera como una regalía en sí porque “en los niveles de algunos oficiales que son parte de comisiones especiales de servicio, no es prebenda, sino que lo realizan como parte de su actividad profesional”. Además, sobre las representaciones diplomáticas de militares, aclaró que no solo van oficiales, también acude personal de voluntarios o representando a personal de tropa del Ejército.
Para la tropa, el problema no solo recae en una diferenciación en el trato o en ciertas prebendas, también se critica que el Issfa, aunque reciba fondos públicos, no tome en cuenta las resoluciones de exámenes especiales de la Contraloría.
“Aquello ha servido para que los oficiales del directorio manejen el Issfa como hacienda propia”, reclamó Pablo Terán, quien considera que ha existido una mala administración dentro de la institución. Según datos del Issfa, desde 2010 se registró un faltante de $ 13 millones y en 2015 de $ 30 millones. (I)
La empresa disminuyó las ventas
Directorio de Andec se reunirá esta semana
El 16 de febrero pasado, el presidente Rafael Correa se refirió a que el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) no es un organismo generador de riquezas y que los terrenos entregados fueron en defensa del pueblo ecuatoriano. En esa línea, el ministro de Defensa, Fernando Cordero, señaló que es responsabilidad de los directorios controlar las empresas, como es el caso de Andec S.A., que disminuyó los valores de ventas de $ 220 millones al año, frente a $163 millones en 2015. Andec S.A. fabrica productos de acero, electromallas, varillas soldables, alambrón, armaduras, ángulos y pletinas.
“Intervenir una empresa no significa una acción negativa; por el contrario, es una acción positiva de controlar”, indicó el ministro Cordero que, además, calificó de loable la acción de los trabajadores de Andec, quienes reclaman una mayor y mejor producción empresarial.
En esta semana, el directorio de la empresa se reunirá para hacer una auditoría para buscar la forma de recuperar su productividad, al igual que las otras empresas bajo la administración del Issfa, informó Cordero.
El 6 de octubre de 2012, EL TELÉGRAFO publicó que el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) tendría desde esa fecha más recursos, según lo anunció el entonces ministro de Defensa, Miguel Carvajal, tras anunciar que ya no estarán ni él ni el Jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. como directivos en las diferentes empresas que tenía el Ejército ecuatoriano.
El objetivo de esta medida, como explicó Carvajal, era reconocer que empresas militares están generando pérdidas para así fortalecerlas y enfocarse más en el desarrollo de la industria militar nacional.
El funcionario mencionó que después de la guerra del Cenepa se consideró que ya no se debía invertir tanto en el Ejército y ese dinero se lo dispuso en diferentes tipos de industrias: agro, camaroneras, flores, ensambladoras, además de empresas, como Flota Petrolera Ecuatoriana, (Flopec), Transnave, servicios para los barcos, Transportes Aéreos Militares del Ecuador (TAME), etc.
“No todas estas empresas son empresas vinculadas a la Defensa. Lo que dice la norma constitucional es claro: se tienen que desarrollar empresas vinculadas a la Defensa y tenemos que desarrollar industrias de la Defensa en el país”, expresó entonces Carvajal.
Actualmente el Issfa genera $ 23 millones de dólares, a través de sus diferentes empresas. Por otro lado, el Gobierno Nacional requiere por año $ 500 millones anuales para el pago de pensiones militares de alrededor de 228 mil afiliados al Issfa. (I)