El teatro en Guayaquil tiene muchos escenarios, entre estos las calles como cuna de los principales actores conocidos. Con ellos los grandes espacios se levantan para entretener con sus comedias y musicales al público guayaquileño.  

Sin embargo, el teatro independiente surge de la necesidad de mostrar esa faceta escondida, quizás con temas políticos o sociales, pero sobre todo apoyándose en el drama como principal herramienta para transmitir sentimientos que muchas veces no son tan fáciles de mostrar para un actor.

Sin embargo Montse Serra, directora, actriz de teatro independiente y estudiante de comunicación escénica, con más de 20 años de experiencia, le apuesta al teatro libre no solo como una fuente de ingreso sino como un nuevo escenario donde prevalece la intensa  puesta escénica de los actores y la intimidad con el público dentro de un auditorio más pequeño. “Es necesario atravesar todos los campos que tiene el teatro para ser llamado director y más que todo para amar esta profesión”.

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del teatro. En qué momento se dio cuenta de que era lo suyo?

Todo empezó con un taller de interpretación para no profesionales en Barcelona – España-, tenía 30 años, era exclusivamente para personas que querían conocer y empezar a introducirse en la actuación. Empecé haciendo  teatro empresarial, que era visto como un tipo de terapia mediante talleres para lidiar con la comunicación y el ambiente laboral.

Antes de los 30 años y de vincularse con el teatro, ¿a qué se dedicaba?

Soy  veterinaria, estudié en la Universidad de Zaragoza y ejercí por 8 años. Luego de terminar mis estudios me mudé a Barcelona, y ahí fue donde pude ingresar al curso de actuación. Yo soy ecuatoriana, pero fui a vivir a temprana edad a España porque mi padre era de ese país.

El vínculo que logró con el teatro, ¿le hizo cambiar de profesión?

Cuando conocí el teatro marcó un cambio contundente en mi vida y dejé a un lado mi profesión. Me dediqué rotundamente a vivir del teatro luego de un proceso que me llevó casi 3 años. Asistí a talleres y por supuesto estuve practicando. Creo que todos tenemos un lugar en este mundo, y yo encontré el mío. Cuando pensé que había logrado alcanzar esa pasión anhelada, me refiero a los animales, me di cuenta de que no se comparaba con la actuación.

Luego de estar tanto tiempo fuera del país, ¿qué la motivó a regresar a Ecuador?

Pues yo llegué en el año 2000; cuando todos se iban, yo llegaba. Pienso que siempre me hizo falta mi país de origen, además porque vine a estudiar en un tecnológico y a su vez empecé a trabajar con el grupo Gestos de Virgilio Valero y Bernardo Menéndez. Fue una gran escuela, pasé por casi todos los roles: actriz, ayudante de dirección… en fin, estaba en todos los proyectos.

¿A su criterio qué se necesita para llegar a ser director de teatro y tener relativo éxito?

Primero, la persona debe conocer el trabajo de los demás; un director es alguien resolutivo, está siempre pendiente de que todo funcione, tanto delante  del escenario como detrás. Debe tener liderazgo; el teatro independiente, al ser más cerrado, se trabaja con poca gente  en escena, por lo tanto es más fácil a la hora de coordinar.

¿Por qué le interesa tanto el teatro independiente y no se arriesga a tener otra opción?

No soy una persona masiva; amo desenvolverme en pequeños espacios, lo he hecho desde que empecé y me gustó mucho esa cercanía con el público. Cuando llegué a Ecuador no era tan común ver este tipo de espectáculos en alguna casa, sala o auditorio sin tarimas. Pero cuando asistía a presentaciones estudiantiles veía que interpretaban obras de dramaturgos europeos muy reconocidos; me di cuenta entonces de que el teatro independiente estaba empezando a tomar alas, con buenas bases y calidad sobre todo.

¿Cuál podría ser un factor negativo del teatro en Guayaquil?

Claramente, la difusión; se han hecho maravillas sin que alguien lo sepa. Cuando llegué a Ecuador frecuentaba pequeñas funciones en distintos lugares de la ciudad, y me di cuenta de que el trabajo que se hace acá ha sido de aplaudir, pero son los medios los que no dan el suficiente respaldo tan solo porque no son tan conocidos o porque los actores no son populares.

¿Actriz de que género se cataloga?

Me encantan la comedia y el drama; pienso que esos géneros me acercan directamente con el dolor y el sufrimiento humano; cuando me pongo el papel de actriz me convierto en lo que el personaje me demanda; trato de ser yo en lo más mínimo para que así se refleje al subir el telón o al prenderse las luces; otra persona se encuentra en el escenario. (O)