Ayer, la justicia triunfó en Ecuador. Por primera vez en la historia del país dos exmandatarios han sido sentenciados. El expresidente, Rafael C.; y su exvicepresidente, Jorge G., fueron condenados por el caso de corrupción Sobornos 2012-2016. Ambos acusados de liderar una red que exigía dinero a los empresarios a cambio de firmar contratos de grandes obras públicas.
El expresidente y su exvicepresidente, quien ya cumple una pena por asociación ilícita en la trama de corrupción de Odebrecht, recibieron una pena de ocho años como autores del delito de cohecho agravado. Además, los dos ex altos funcionarios perdieron sus derechos políticos por 25 años. En este caso, que se destapó por la investigación periodística del portal web Mil Hojas, además fueron sentenciados los exministros: María de los Ángeles D.; Walter S.; y Vinicio A., a ocho años de prisión.
Igual que el exsecretario de la Presidencia, Alexis M., mientras la exasesora de Rafael C., Pamela M. y su asistente, Laura T., recibieron una pena menor a cuatro años porque se acogieron a la cooperación eficaz. Pero ¿cuál era el papel de Rafael C.? El exmandatario encabezó una estructura delincuencial, dijo la fiscal general, Diana Salazar. Él no solo montó esa estructura perfectamente diseñada, sino tenía pleno conocimiento de los cobros indebidos que hicieron sus exfuncionarios.
Rafael C., quien estuvo en el poder desde 2006 hasta el 24 de mayo de 2017, utilizó de manera dolosa la administración pública para establecer un sistema de corrupción, a través de la designación de autoridades ministros, secretarios de Estado de su confianza. También implementó un mecanismo paralelo de recaudación de dinero para el pago de proveedores de su exmovimiento Alianza PAIS (AP).
¿Qué hicieron con esos sobornos? Sirvieron como portes de candidaturas nacionales de 2013, aportes de candidaturas seccionales de 2014; “servicios legales verdes”; convención nacional de AP de 2013; pagos por la prestación de servicios publicitarios y comunicacionales, presentación de artistas en mítines políticos, entre otros usos, (O)