Cuando parecía que la corrupción había tocado fondo por causa de los sobornos que pagó la brasileña Odebrecht en Ecuador y en otros países del mundo, ahora aparece un nuevo escándalo protagonizado por otra constructora del mismo país, la OAS S.A., que de acuerdo con los primeros resultados de una investigación habría pagado en nuestro país $ 9 millones por concepto de sobornos. El esquema es muy parecido, pero ni Odebrecht ni OAS S.A. son las únicas señaladas por acciones corruptas. Según investigaciones periodísticas de medios brasileños hay por lo menos cinco empresas constructoras que han cometido el mismo tipo de delito, que comienza con la sobrevaloración de las obras que se adjudican.
A la OAS S.A. se la acusa también por haber participado junto con la estatal petrolera Petrobras en el escándalo conocido como Lava Jato, que consistía en pagar sobornos a diputados y senadores para conseguir la aprobación de leyes en el congreso bicameral de Brasil. El famoso tríplex del expresidente Lula en Brasil, en un balneario del puerto de Santos, fue remodelado por una de las constructoras. Por ese delito el exmandatario cumple una pena de prisión que le impidió volver a postularse para un tercer período presidencial.
El secretario anticorrupción, Iván Granda, viajó la semana pasada a Brasil en una comitiva integrada también por la fiscal general (e) Ruth Palacios y por el Procurador Íñigo Salvador. Mantuvieron varias reuniones con las autoridades de justicia y en uno de esos encuentros fueron informados sobre las irregularidades en los pagos de más de $ 9 millones en la construcción de los proyectos multipropósitos Baba y Carrizal-Chone. Las obras fueron adjudicadas mediante el sistema de emergencia, un esquema que facilitaba las contrataciones y que en la actualidad está prohibido. Las autoridades brasileñas se comprometieron a entregar toda la información sobre este nuevo escándalo de corrupción que vincula, de acuerdo con los primeros indicios,
a exfuncionarios del anterior gobierno. (O)