Irrespetar durante la crisis sanitaria que vive el país la disposición oficial de movilizarse solo cuando sea necesario e incumplir el horario del toque de queda es irresponsable. Pero salir de casa y desplazarse como si nada cuando se tiene la confirmación de ser portador del covid-19 e incluso cuando se tiene la sospecha de estar contagiado es una acción sin nombre.
Y esto último es lo que ha venido haciendo alrededor del 40% de las personas que han dado positivo en las pruebas para detectar la presencia del nuevo coronavirus y quienes por cercanía temporal o espacial con personas contagiadas deberían permanecer dentro del cerco epidemiológico establecido por las autoridades. Así lo reveló el presidente de la República, Lenín Moreno, el viernes pasado sobre la base del seguimiento tecnológico que aplica el Gobierno a este tipo de casos.
Quienes actúan así no solo merecen un llamado de atención y el repudio social, sino que incluso deben recibir fuertes sanciones de tipo económico y, quien sabe, si incluso de otra naturaleza.
No pueden alegar en su defensa que ya están contagiados y que lo que hagan les afecta solo a ellos, pues la humanidad está lidiando con un agente patógeno nuevo, cuyas características se las conoce día a día, pero que ha revelado tener un alto nivel de transmisibilidad. Entonces, cuando un infectado sale de su casa de manera irresponsable y entra en contacto con otros ciudadanos, pone en riesgo la salud e incluso la vida de los demás.
Andar por ahí sin más ni más con la posibilidad de propagar el covid-19 es un acto similar al que comete quien fuma cerca de otras personas a sabiendas de que el humo que expele en cada bocanada terminará inevitablemente en los pulmones de gente inocente. O de quien sabiendo que porta el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tiene sexo sin protección o comparte jeringas.
Las acciones de todo este tipo de inconscientes incluidos los irresponsables propagadores del coronavirus, son impresentables. (O)