Cuando se tenía una duda lo común era llamar por teléfono, ir a preguntar. Con la informática apareció el e-mail y con el impulso del sector tecnológico en el país los últimos años se ha incrementado su uso. Por su parte, las redes sociales han sido grandes impulsoras de la comunicación entre ciudadanía e institución.
Las instituciones no pueden darse abasto respondiendo a cada persona. Todas deberían tener su información disponible en su web, la cual suele estar desactualizada, con errores, incompleta, con dificultad de acceso -se va mejorando-.
Desde mi punto de vista, deberían hacerse dos cosas: la primera, que toda institución tenga un FAQ (preguntas más frecuentes) y un foro, en el FAQ que se dé respuesta a las principales dudas y en el foro que se expresen dudas, sugerencias, reclamaciones, etc. ¿No se dan cuenta de que es una manera de ir tejiendo una verdadera democracia?
Por ejemplo: un municipio puede proponer destinar un porcentaje del presupuesto a una obra decidida directamente por la ciudadanía, hacer propuestas y que los ciudadanos discutan y escojan qué obra realizar.
La segunda, muy importante: educar a la ciudadanía en la utilización. Primero buscar la información, mirar en el FAQ, si no se encuentra respuesta, entonces preguntar en el foro -no es un chat- o enviar un e-mail, tuit, etc. Recomendar unas normas -etiqueta- de comportamiento en Internet.
Juan Pablo Romero Aguirre
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