Sr. Director:
Cada día se tergiversa más y más el significado de las palabras. Y aquí varios ejemplos:
Familia: padres, hijos, hijas, abuelos, abuelas, tíos, tías, primos, primas, personas. Ahora se utiliza la palabra para productos. La familia Coca Cola; te invitan a formar parte de la gran familia Mc Donald’s, Fybeca, Banco Pichincha, Supermaxi, etc. La palabra educación, que ahora tantos colegios se esmeran en utilizar con eslóganes como “La mejor educación”, “La educación que tus hijos necesitan”, pero resulta que las escuelas y colegios instruyen, la educación la recibes en el seno familiar.
Libertad de expresión: decir lo que me dé la gana, así dañe la honra de las personas o ponga en peligro la vida del otro. Cuando la libertad de expresión es un derecho que permite tener acceso a toda la información que exista y a expresarme con libertad sin vulnerar los derechos del otro.
Sucesiones constitucionales: se reúne un grupo de diputados que ve afectados sus intereses o los de sus patrones y derroca un gobierno elegido por voto popular. Antes a eso se llamaba golpe de Estado.
Valores: honestidad, solidaridad, amistad, lealtad; pues ahora los valores son el carro del año, el súper celular, el traje de diseñador, la tarjeta de crédito, mientras más dorada mejor. Decir que alguien viene de buena familia era porque él o ella era educado, cortés; hoy por hoy, si tienes mucho dinero, eres de buena familia, no importa de dónde viene el dinero sino que lo tienes y entonces ya formas parte del club. Belleza: delgadez extrema, cabellos de lisos perfectos, ropa de marca. Nada que ver con el concepto que también incluía las curvas, los rizos, el ser sencilla y agradable.
En conclusión, las grandes corporaciones mediáticas nos han cambiado el significado de las palabras logrando meternos en un consumismo salvaje y volviéndonos menos humanos, cada vez más robóticos, ya parecemos hechos en serie, porque si queremos ser exitosos, o al menos parecerlo, tenemos que mostrar toda nuestra capacidad de compra.
Cuando miro o escucho las propuestas de campaña de los partidos de oposición, todo se resume a que los ecuatorianos queremos ser prósperos, y otra vez el significado cambiado, próspero=dinero, cuando la prosperidad, si bien es cierto también se refiere a lo material, no excluye lo espiritual. Y si en realidad entendieran lo que los ecuatorianos queremos se darían cuenta de que no es plata: queremos realizarnos, queremos paz, igualdad de oportunidades, dedicarnos a lo que verdaderamente es lo nuestro para hacerlo bien, queremos seguridad, pero no la de G.I. Joe, ni comandos, ni armas en cada casa, queremos la seguridad que da el que todos tengan empleo, que los niños y los jóvenes estén estudiando y preparándose, la seguridad social universal, salud de calidad y calidez, sociedades tolerantes e incluyentes.
Creo importante regresarle el verdadero significado a cada palabra para no perdernos y saber claramente que lo que queremos es un buen vivir, no vivir bien.
Dra. Paulina Pérez
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