En enero 9 del 2000, el ex presidente de la República Jamil Mahuad impuso la dolarización, para evitar que el tipo de cambio del sucre con el dólar siga subiendo sin control gubernamental y provoque un efecto inflacionario negativo para la economía del país, aumentando la tasa de interés y los precios de bienes, productos y servicios, convirtiendo a los inversionistas en especuladores del mercado, ya que el riesgo de especular era menor que el de invertir con una moneda tan devaluada como el sucre.
La inestabilidad monetaria y la falta de credibilidad en el sucre repercutió en la solvencia del sistema financiero del país, como fue el deterioro de los sueldos, salarios, pensiones. etcétera, lo que afectó más a la clase social media baja.
La dolarización ecuatoriana (criolla), implementada a un tipo de cambio de 25.000 sucres por cada dólar, favoreció directamente a los grandes deudores de la banca en el país, y perjudicó a la clase trabajadora y jubilada; a los primeros, sus deudas en sucres casi desaparecieron en dólares, mientras que a los segundos su jubilación mensual quedó reducida a 4 dólares, lo que empobreció más su nivel de vida.
Nuestra dolarización (mixta) no es totalmente con moneda norteamericana, y no está sustentada en la Constitución de la República. Los billetes son norteamericanos, pero la moneda fraccionaria -en parte- es ecuatoriana; y a pesar de estar dolarizada, la economía del país sufre devaluaciones parecidas a las que tuvo el sucre.
Es decir que desapareció la desvalorización del sucre ante el dólar, pero el dólar -aunque es una moneda fuerte y dura- se devalúa ante el mercado de bienes, productos y servicios, porque no existe un adecuado y eficiente control de la producción ni de los niveles de precios, que permita al Estado regular los niveles de producción y de precios de los sectores privado y público.
Por eso, para evitar que se siga deteriorando la economía del país, por las debilidades y defectos de la dolarización ecuatoriana, debe ser fortalecida por el Estado con la creación de una ley orgánica de la producción y precios, que contenga normas y políticas de control sobre la producción, calidad, cantidad, peso y precios de bienes y productos, como también la correspondiente sanción por el incumplimiento de dichas normas y políticas, indicando competencias y funciones de los organismos que aplicarán la referida ley.
Además, debe controlarse la emisión inorgánica de la moneda fraccionaria ecuatoriana, la cual debe estar respaldada por la producción de bienes y productos en el mercado de nuestro país, caso contrario, el efecto inflacionario no tendría ningún control por parte del Estado. Asimismo, hay que controlar el ingreso y salida del dólar para la estabilidad financiera de nuestra economía.
¿Es necesario que el Estado fortalezca la dolarización ecuatoriana? ¿Existe un adecuado y eficiente control sobre la producción y precios de bienes y productos? ¿Por qué se devalúa el dólar en nuestro país?
Ec. Ángel Calderón Mayorga
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