Los 1.400 trajes de cucuruchos y verónicas que la comunidad franciscana presta a los participantes en la procesión de la imagen de Jesús del Gran Poder, que hoy recorrerá el centro de Quito, ya tenían ‘dueños’ hasta ayer.

Los cucuruchos (sombrero que oculta la identidad del penitente), túnicas y velos permanecían limpios y planchados en la bodega en la que los guardan los integrantes de la orden religiosa.

A estos participantes se sumarán más de 600 personas, quienes intervendrán con sus propios trajes y continuaban inscribiéndose en el convento franciscano, durante esta semana.

La mayoría recibió días atrás charlas de orientación impartidas por sacerdotes. Fray Fabricio Pazmiño puntualizó que el objetivo de las reuniones es lograr que quienes participan en la procesión entiendan el sentido de reconciliación con Dios que implica el acto. “No se trata de venir e intervenir para que me tomen una fotografía o por simple novelería”, aseguró Pazmiño.

El sacerdote comentó que no incentivan la aplicación de castigos corporales como autoflagelación, uso de cilicios, ortiga o alambre de púas, aunque tampoco lo prohíben.

Según el religioso, se trata de que quien use esos métodos de expiación tenga un objetivo claro y esté consciente de por qué lo hace.

Comentó que, por ejemplo, uno de los participantes en la procesión de hoy llevará ortiga en torno a su torso como una forma de pedir perdón por el mal comportamiento que ha tenido con su progenitora recientemente.

Fray Fabricio dice, no obstante, que muchas de las personas a las que se ven autocastigándose no son participantes inscritos, sino que se adhieren a la procesión de manera espontánea durante el recorrido.

Los cucuruchos y verónicas iniciarán su caminata desde el convento a partir de las 10:00, en tanto que la imagen de Jesús del Gran Poder saldrá de la edificación alrededor de las 12:00 y su retorno está previsto tres horas después.

Al mismo tiempo se desarrollará la procesión que desde hace 20 años se realiza en el sur de Quito. (I)