Procesión de Jesús del Gran Poder congregó a más de 100 mil fieles en el Centro Histórico de Quito
En los patios de la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito, los hermanos franciscanos corren de un lado al otro; aunque algunos de ellos aseguran que no están estresados, su comportamiento revela lo contrario. Miran el reloj, imparten órdenes, organizan a los cucuruchos, reparten devocionarios e incluso tienen tiempo para persignarse. Es un día de mucho ajetreo, como ocurre cada año cuando se celebra la Semana Santa.
Mientras en las afueras de la iglesia de San Francisco los devotos se congregan para seguir la procesión penitenciaria, adentro cucuruchos, verónicas y romanos hacen fila para salir hacia el atrio de San Francisco, el punto de partida de este desfile religioso.
Entre los cucuruchos está Juan Luguaña Guerrero y su familia, quienes participan todos los años de esta ceremonia religiosa que congrega a miles de feligreses. Juan viste de cucurucho desde que tenía solo 13 años; ahora tiene 53 y utiliza el mismo traje que hace 40 años. Él forma parte del Movimiento Juan XXIII, una asociación internacional de fieles laicos, constituida de acuerdo a los cánones relativos a las asociaciones de fieles del Derecho Católico.
Juan, al igual que otros cucuruchos y verónicas, se prepara para esta ceremonia con tiempo. Asiste a reuniones, organizadas y dirigidas por religiosos, para reflexionar sobre el sentido de la Semana Santa y el valor de la oración.
En su familia, todos son católicos, al igual que Verónica López, una joven que este año participó, por primera vez, en el recorrido. "Este año fue muy difícil para mí, pero Dios me ayudó a salir adelante, por eso estoy aquí". Ella alquiló el traje de verónica y compró el velo que cubría su rostro. Como el resto de verónicas, ella también llevaba un rosario en sus manos.
A solo unos metros de esta joven, se preparaba también Luis Taco, de 60 años, quien se encarga de llevar las andas religiosas en sus hombros. En esta ocasión llevó la de la Virgen Dolorosa. Este quiteño vistió de terno para la ceremonia y, cada vez que recorre las calles de Quito, lo hace con fervor, porque Dios nunca se ha olvidado de él ni de su familia. "He recibidio muchos favores del Padre Dios y de la Virgen María, esto es lo menos que puedo hacer por tantas bendiciones recibidas".
Durante la procesión, los clásicos bonetes de los cucuruchos cubrieron las calles de la capital. El desfile religioso es uno de los patrimonios de la ciudad que, este año, congregó a más de 100 mil personas.
La procesión de Jesús del Gran Poder nació hace más de 5 décadas y antes se denominaba la Sociedad de Jesús del Gran Poder. Aunque en el Centro Histórico se congrega la mayor cantidad de creyentes, turistas y curiosos, el sur de la capital tiene su propia peregrinación para recordar la muerte y resurrección de Jesús.
En el centro de la capital, la procesión empezó a las 12:00 con la presencia de las figuras de San Juan, la Virgen de los Dolores y finalmente la imagen de Jesús del Gran Poder, que fue escoltada por miembros del GOE.
Este año, debido a los trabajos que se realizan en la Plaza de San Francisco, hubo un cambio en el tradicional recorrido. La procesión salió desde la calle Cuenca y recorrió la Rocafuerte, Venezuela, Manabí, Vargas, América y Ríofrío, para luego tomar nuevamente la Venezuela, Manabí, García Moreno, Rocafuerte y llegar a la Cuenca hasta el atrio de la Iglesia de San Francisco. (I)