La memoria ya no le trae recuerdos tan nítidos, pero la imagen del candidato presidencial en 2006, Rafael Correa, se le hacía conocida.

Luego, cuando ese aspirante llegó al Palacio de Carondelet la idea se hizo más latente, hasta cuando el mismo Correa, en una visita a Huigra, en 2008, relató que durante su adolescencia visitaba esa parroquia y que se quedaba las vacaciones en el Fray Vicente Solano.

“Ahí fue cuando me acordé de ese adolescente activo, pero bien fregado. Recordé que ese muchacho travieso y curioso fue uno de los líderes de un grupo de boy scouts que vacacionaron aquí hace más de 20 años”, explica Enrique Naranjo, quien por más de 25 años ha sido el jefe del Cuerpo de Bomberos de Huigra.

Naranjo continúa relatando que en esos momentos aquel grupo de jóvenes llegó para vacacionar y se hospedó en el Fray Vicente Solano, por lo que el padre Paredes le solicitó que lo llevara a conocer el pueblo y las zonas aledañas.

“Entonces los llevé a recoger guayabas en Guayaviejo y nos trepamos a los árboles que estaban cargaditos y salió el dueño y nos dio bala así que tuvimos que salir corriendo a escondernos, para más tardar cruzarnos a otro pueblo y recoger naranjas. Tremendo susto que se pegaron los muchachos”, cuenta el oriundo de Huigra.

La esposa de Naranjo, Clara, también es otra huigreña que ha vivido a pulso el crecimiento del internado.  Con una gran devoción, la ama de casa hizo que la tumba del padre Paredes, ubicada en una de las colinas más altas del sector, luciera llena de rosas y otras plantas, las cuales ahora están marchitas por la falta de atención por parte de las autoridades eclesiásticas de Huigra que administran el lugar, ya que a pocos metros se encuentra la gruta de la Virgen María.

“Cada paso que damos, en cada acción que emprendemos, en cada medida que tomamos está presente el padre Paredes, quien a pesar de que no está en este mundo terrenal, nos sigue guiando a todos los habitantes de Huigra”, afirma.