Entrevista
Jean León: «En todos mis poemas está presente la religiosidad»
Jean Carlos León es el ganador del IX Concurso Nacional de Poesía Joven Ileana Espinel. Este guayaquileño de 26 años hace malabares con el tiempo para cumplir con sus estudios de gastronomía, el trabajo de fin de semana y el ejercicio de poeta. No es la primera vez que participa, y luego de madurar la escritura entre ediciones, «ya esperaba obtener algo». Las menciones de honor fueron para Andrea Torres Armas, Kevin Cuadrado y Kristel Freire.
En ‘Discurso sobre poesía lírica y sociedad’, Adorno decía que el contenido de un poema no es solo la expresión de emociones y experiencias del autor. Por el contrario, en esa «inmersión en lo individual» es donde el poema se eleva a lo universal. Apuntaba a que en lo profundamente particular se hallan contenidos de índole social. Y es en esa intimidad de la voz del poeta donde se elabora «la imagen de una vida libre de la praxis dominante». Y tengo que pensar en esta frase al leer el conjunto de poemas ganadores de León, porque del aura tan introspectiva e íntima de sus versos se desprenden las huellas de las circunstancias sociales en las que fueron escritos. De ahí nace Principios de anarquía, de esa necesidad de renunciar o escapar a toda forma de control o condicionamiento social.
Jean Carlos León Valencia (Guayaquil, 1989) se presenta acompañado por su amigo Wilmer García (Machala, 1994), estudiante de arquitectura y también ganador de este concurso en su séptima edición, en 2014. Ambos se muestran muy emocionados por el premio de León y por la visibilidad que año tras año gana el concurso.
Wilmer interviene de vez en cuando en el diálogo. Cuenta que luego de obtener el primer lugar, se ha encontrado con algunas desventuras en el campo editorial. Esta es su experiencia como ganador del Ileana Espinel:
Después de ganar el concurso no pasó nada. Participé con los poemas que había escrito a los 15 años. Al igual que Jean, fueron inspirados en un proceso de autodescubrimiento. Retrataban una etapa vulnerable del ser humano: la adolescencia. Sobre el concurso, no creo que lo importante sea la remuneración económica, sino la visibilidad que le otorga al poeta. El ganador tiene la oportunidad de publicar sus poemas en la antología que se produce en el festival. Pero luego, hay un gran desafío editorial si uno quiere seguir publicando en el país.
En un instante de sinceridad, Jean confiesa que se encuentra un poco nervioso por la entrevista. El tema de la poesía ha sido siempre un ejercicio muy personal que ha sabido cultivar en privado.
¿Cómo empezó tu relación con la literatura?
Los primeros poemas que leí fueron los salmos de la Biblia. De ahí fui buscando, leyendo, hasta hace dos años que me vinculé con la literatura a través de los chicos de El Quirófano. Empecé a tomar talleres y en mi amistad con Wilmer encontré una motivación para leer más. Ese (2014), Wilmer participó en el concurso y ganó. Entonces escribí mi primer poema, me gustó y continúe. Una chica del taller, Diana Alvarado, me dijo: «Escribe todos los días. ¡Lo que se te ocurra! No importa qué, pero escribe». Y es lo que he hecho desde entonces.
¿Qué lecturas vinieron después de la Biblia?
Mis poetas favoritos son César Vallejo, Vicente Aleixandre y Jacques Prévert.
¿Tus poemas favoritos?
‘Los heraldos negros’, de César Vallejo, y ‘Se querían’, de Vicente Aleixandre.
¿Narrativa y poesía?
Solo escribo poesía.
¿Por qué la poesía?
Esta me ha permitido jugar con el lenguaje, tal vez con otros géneros también podría, pero la poesía me ha permitido plasmar con más claridad mis emociones.
Leyendo tu obra tuve la impresión de que el autor se sentía atrapado. Dentro de ese mundo tan personal que son tus poemas, creo que nos permitiste conocer un poco de las circunstancias en las cuales los escribiste. ¿Cuál ha sido tu preocupación a la hora de escribir?
Era no revelar mucho. Cuando lo escribí estaba atravesando momentos duros en mi vida y eso se ve reflejado en la obra. Enfrentaba un período de religiosidad fuerte, en el que me sentía atado y eso finalmente derivó en un proceso de autodescubrimiento. Entonces, en esos poemas quedó plasmado ese instante de transición importante. Aunque ahora me doy cuenta de que nunca fue la religión el problema, sino el entorno.
¿Cómo es tu relación con la religión actualmente?
Ahora me siento en una religión auténtica. Antes sentía que la religión no era tan natural. Nunca me consideré ortodoxo, pero la religión siempre estuvo muy presente en mi vida familiar y personal. Actualmente me siento cómodo con la religión.
Tu poemario se titula Principios de anarquía y la anarquía es la ausencia total de una estructura gubernamental. ¿De qué control tratas de liberarte?
Principios de anarquía representa un punto de no retorno para mí. Está entre el antes y el después de mi vida, entre lo conservador y lo fascinante de mi cercanía con la religión y la libertad del autodescubrimiento.
En tus poemas te refieres mucho a la muerte y la madre…
Mi madre murió hace tres años. Hablo mucho de la muerte porque mi madre siempre hablaba de esto. A mis hermanos y a mí, siempre nos dijo que la muerte es un proceso natural de la vida y que hay que tomarla como el mayor regalo.
¿Y ahora?
¡Algún día vendrá!
Estando en el hospital con mi madre, decía mucho esto: «Estamos bailando un bolero con la muerte constantemente». A veces estaba bien, a veces mal. Luego se murió.
¿De qué tratan tus poemas?
La mayoría habla de vivir en medio de una transición. ‘Lot’ está inspirado en un personaje bíblico. ‘Cuarto oscuro’, ‘miseria’ y ‘durmiendo con navajas’ son muy personales, continuamente me retrato a mí mismo, aunque la religiosidad está presente en todos mis poemas.
¿Cómo encaja el premio en tus proyectos?
Lo veo como un gran logro, ya que el año pasado participé y no gané. Y después me dediqué a leer, escribir y pulir mis poemas.
¿Qué viene después del Ileana Espinel?
Seguir escribiendo. El futuro es incierto.