Publicidad

Ecuador, 23 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Consejos para armar una antología de poesía ecuatoriana, sin necesidad de lastimarse

Consejos para armar una antología de poesía ecuatoriana, sin necesidad de lastimarse
28 de abril de 2013 - 00:00

Tomar en cuenta que:

 

1. Nada es perfecto, mucho menos una antología.

 

2. Hay antologías, yo no sé, antologías como el odio de Dios. Antologías nacidas cuando Dios estaba enfermo. Grave.

 

3. Hay antologías claves, ineludibles, sólidas, como naves llevando poetas y poemas provenientes de la antología compilada por el tiempo.

 

4. Hay antologías frescas, destellantes, portadoras de “lo nuevo” , sin otro bagaje que el presente y la avidez del porvenir. A veces, en ellas, se oye el graznido de las gaviotas desesperadas por la incertidumbre.

 

5. Hay antologías que funcionan como un recurso de legitimación de poetas cuya obra en ciernes mucho tiene de apuesta literaria. A veces, en ellas, dentro de los poemas, en el índice, en el chisporroteo del prólogo, se advierte el piso mojado y el silencio nocturno de los despostaderos.

 

6. Una antología sobre poetas contemporáneos no debe tener pretensiones, pues se trata de un ticket de ida y vuelta. Y a veces sin vuelta.

 

7. Una antología como Tickets de Ida y Vuelta es un minibus tomando la ruta de Kerouac, que avanzará hasta donde lo permita la gasolina, la máquina, el abismo, el tiempo.

 

8. Los cuatro criterios válidos para armar una antología de poetas actuales, son tres : el gusto del riesgo y la convicción sobre la calidad poética.

 

9. A la pregunta de por qué no incluyeron más poetas, jamás responder : porque ya no había en dónde. O, peor: porque solo son todos los que están. Lo mejor es responder que se ha escogido once poetas y no veinte porque ese era el kid de la cosa. Es decir, el número once, que en el tarot significa Justicia Divina. Que en el horóscopo es Escorpión. Que es el número de la Luz. Del ave Fénix. Del ciclo de cambio.

 

10. Si pese a todas esas precauciones los antologadores se lastiman los dedos, pues, son gajes del oficio. A la final, lo importante es el periplo que aspira toda antología. No se diga si esta tiene alas. Si la poesía está allí, de pie contra la muerte, como lo dice con su tercer ojo, Gelman.

 

11. Por lo demás, ya sabemos que la poesía contemporánea de calidad se volverá tradición. El resto es prosa, como diría don Nicanor. Es decir, antología, fiesta, amores pasajeros, resaca.

 

12. Naturalmente, puede insertarse un prólogo en el que se expliquen aspectos primordiales. Por ejemplo, que en la antología hay poetas que esgrimen el cuchillo como una manera de mostrar la luz, o que señalan al fuego como una herramienta idónea para poner las cosas en orden, que es para lo que sirve la ceniza. Poetas que escogen cuidadosamente el ángulo desde donde pronunciar la reconstrucción de lo que ya no existe, antes de reeditar su hecatombe. Poetas que de manera jubilosa, neobarroca/neobarrosa, como si hubiesen adquirido repentinamente la libertad, se estrellan contra el cristal del lenguaje, los referentes poéticos, el puzzle identitario, el cuerpo lascivo o abyecto de la realidad, que a su contacto se revierte, se multiplica, salta en mil pedazos. Poetas que a manos llenas de voces y visiones pugnan con el silencio a sabiendas de que es un dragón de vidrio esperando en el horizonte. Poetas de angostos versos como escaleras que bajan en orden y en silencio hacia el tan amado y tan temido infierno. Poetas todos, como todos los poetas, con la herida abierta como un cerrojo por donde atisban el valle de las muñecas rotas, el reino de la aniquilación, en suma.

 

13. Sería impreciso señalar que en Tickets de Ida y Vuelta, los once poetas son contemporáneos tanto en edad como en obra. En cambio, sí se puede afirmar que entre ellos hay un núcleo posicionado en la cresta de una eclosión poética sin precedentes en el Ecuador. Se puede decir, igualmente, que dicha eclosión desborda con creces esta antología o, mejor dicho, que ella resulta un prisma por donde se atisba una extraordinaria proliferación de poetas jóvenes, no solamente aguerridos por jóvenes sino por poetas. Por héroes que antes de volverse nombres, son “hombres con los bolsillos vacíos vagabundeando y trabajando en los mataderos”, en palabras mercúricas de Bolaño.

 

14. No cabe olvidar que la poesía no se compra ni se vende. La poesía se ama a sí mismo: es la Total Hermafrodita.

 

 

* Introito de la antología Tickets de Ida y Vuelta.

Contenido externo patrocinado