Amber Hagerman viajaba en su bicicleta, en Arlington, Texas (EE.UU.) cuando fue secuestrada. Tenía 9 años. Cuatro días después un perro encontró su cadáver en un arroyo. Era enero de 1996 y esta historia derivó en la alerta Amber; renombrada en Ecuador Emilia, en memoria de la pequeña lojana cuya muerte en 2017 marcó un precedente en la búsqueda de secuestrados.
Este sistema se activó en el país por primera vez el pasado 7 de agosto, tras la denuncia del plagio de Anahí Jazmín Miranda Alanuca. Ella, de 2 años, jugaba afuera del local de sus padres, en Quito, cuando una mujer se la llevó. Una semana después apareció con vida en Coca (Orellana).
La noticia emocionó a la ciudadanía que seguía la historia a través de medios de comunicación y redes sociales. Esa es, precisamente, una de las particularidades de la alerta Emilia: activa las cuentas en plataformas como Facebook.
Amber es un acrónimo en inglés de America’s Missing: Broadcasting Emergency Response. Es un sistema para la búsqueda, localización y recuperación de menores de edad desaparecidos, implementado en varios países desde 1996. En Ecuador se presentó oficialmente a fines de 2017 y se enciende en casos específicos.
Cuando se presenta una denuncia, hay que cumplir parámetros para cerciorarse de que es una desaparición. Dinased, Dinapen, Fiscalía y Ministerio de Gobierno evalúan el caso con apoyo de 19 preguntas guía. Luego, a través de la alerta se difunden la imagen e información del menor desaparecido, mediante medios de comunicación tradicionales, correo electrónico y redes tipo Facebook.
La red social replica la publicación en un lapso que oscila entre los 10 y 20 minutos. Los más de 65 millones de usuarios no ven el post, lo hacen quienes estén en un radio de 160 km de la zona de búsqueda. Se viraliza cuando -motivadas por la causa- las personas comparten y difunden la denuncia.
Este 15 de agosto de 2019 la pequeña Anahí volvió a casa. Y, con ella, la esperanza de que la vida de las niñas y niños en Ecuador se respete. (O)