No todo lo que aparece en las redes es real. Es más, la mayor parte de información que circula en el ciber espacio es amañada, fabricada para satisfacer los intereses personales o políticos de individuos u organizaciones. Estas noticias fabricadas hacen que las empresas dueñas de las redes sociales mes a mes anulen millones de cuentas falsas o engañosas.
Un ejemplo, solamente en el primer trimestre de 2019 Facebook cerró 2.200 millones de cuentas de ese tipo. El acceso a la tecnología es una de las principales amenazas para el periodismo, esa fue una de las conclusiones del Global Media Forum, cita organizada por la Deutsche Welle a finales de mayo en Bonn, Alemania.
En los argumentos se señaló que ahora, gracias a la facilidad que tiene la población de obtener tecnología y redes sociales, cualquier ciudadano se cree periodista, genera contenidos y los comparte al universo, en un proceso similar al del periodismo pero carente de contrastación, contextualización y otros principios básicos del oficio de informar.
Estas noticias amañadas satisfacen la necesidad de información del gran público, que las comparte como cierta sin contrastar, sin confirmar la credibilidad de la fuente y lo hace por el simple hecho de que “estaba en la red” o “me la pasó un conocido”.
En el feriado circuló una foto de una dama elegante, a la que un edecán (policial o militar) protegía del sol con una enorme sombrilla. En el pie de foto se afirmaba que la mujer que recibía atenciones dignas de la realeza era esposa del vicepresidente Otto Sonnenholzner. Es más, la fuente principal de la información era una cuenta, falsa, del expresidente Rafael Correa.
La noticia, jugosa por su contenido, se expandió como fuego por las redes en medio de comentarios de indignados ciudadanos que criticaban sin molestarse en confirmar si la señora de la imagen era la esposa del Segundo Mandatario o si la cuenta que emitió la información pertenecía a quien parecía.
Cero contrastación, millones de interacciones y mucha indignación, lo que obligó al propio Sonnenholzner a salir a aclarar que la señora de la foto no era su cónyuge, mientras algunas personas descubrieron que la imagen pertenecía a la primera dama de Colombia. (O)