Se entiende que en los preparativos los candidatos hagan gala de sus virtudes para llamar la atención y generar opinión. Pero las reglas están claras para todos y la campaña electoral recién empieza el 4 de enero del próximo año.
En estos días vemos recorridos, encuentros, concentraciones y hasta publicidad por fuera de lo que corresponde legalmente hacer para cada uno de los actores electorales. Incluso, dos o tres candidaturas presidenciales no tienen empacho de hacer recorridos por barrios, cantones, ciudades y provincias luego de ya haber inscrito su candidatura y de haberse sometido a las reglas y normas legales.
Es cierto que los tiempos entre la inscripción y el inicio de la campaña son largos (casi dos meses) y eso da pie para que los actores políticos ya no calienten motores sino los pongan en plena marcha. Y con eso también el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene mucho más trabajo de control. No se trata de obtener ventaja o de superar al otro con la publicidad o los recorridos. En la práctica, ahora corresponde revisar los planes y programas, pero al mismo tiempo sería plausible que la ciudadanía reciba toda la información necesaria de lo que proponen, sin necesidad de publicidad ni actos “masivos”.
Para eso, por ejemplo, están los medios de comunicación: para ayudar a dialogar, entender y hasta proponer desde la ciudadanía sus demandas más urgentes. Pero vemos, lamentablemente, cómo ciertos medios se convierten en escenarios de proselitismo de muy puntuales candidaturas. De hecho, algunos pasan y repasan por esos medios como si ya estuviéramos en plena campaña. Y los entrevistadores como si fuesen los más excelsos relacionadores públicos.
El Ecuador entero demanda una campaña responsable, cargada de análisis y propuestas para profundizar el cambio general a favor de los más pobres.