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El Telégrafo

No ha sido “tan malo” rectificar y pedir disculpas

20 de marzo de 2013

Si algo marcará la historia de Ecuador de lo ocurrido el año 2011 y una parte de 2012 es la campaña, coaligada y concertada, de todos los medios privados y comerciales, sus organizaciones satélite y las entidades extranjeras que los aúpan, sobre el pedido de rectificación que se hizo a un matutino guayaquileño sobre un dato errado, escrito con muy mala intención y que devino en un juicio y su posterior sentencia.

En ese momento, muchos periodistas y dueños de medios defendieron la libertad de expresión como la cobija sobre la cual justificaron la injuria y la mentira. Es más, algunas entidades internacionales y gremios, muy solapadamente, tuvieron que callar sus más profundas convicciones sobre el tema en cuestión, pues (nunca lo dijeron en público) reconocían el error (jurídico y periodístico) del diario y el periodista enjuiciados. Cuando se les pedía una declaración pública de esa posición decían que eso era “hacerle el juego al Gobierno”.

De esa fecha para acá, todos los diarios privados y solo algunos canales y emisoras han hecho rectificaciones concretas sobre asuntos en los que  el error de un periodista o de un editor, sin mala fe, pudo ocasionar una distorsión de la realidad o una noticia falsa. Y jamás han evocado la defensa de la libertad de expresión para hacerlo.

Esta semana vemos que aquellos medios y periodistas que sueltan sus letras y sus afirmaciones a la ligera por el mero hecho de hacer oposición política han rectificado y hasta han pedido disculpas. En un caso, se conoce, el periodista que hizo la nota fue despedido. En el otro, la disculpa llegó cargada de nuevas acusaciones bajo argumentos -otra vez- liberales.

La prensa es tan importante en la democracia y lo que haga o deje de hacer, bien o mal, determina muchos procesos y coyunturas. De ahí que la rectificación no constituye un buen gesto sino que es una responsabilidad y evoca profundizar el profesionalismo todos los días, en cada nota, comentario y hasta en editoriales.

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