Ante todo extendemos nuestras más sentidas condolencias a las familias Alvarado y Guamán. Dos de sus hijos (Mauricio y Anita), periodistas de los medios Ecuador TV y Radio Ciudadana, fallecieron en el trágico accidente de tránsito ocurrido el domingo pasado en la provincia de Imbabura.
Además de perder a dos grandes profesionales, con este accidente se ha perdido una familia entera, por la irresponsabilidad, en cadena, de cooperativas, choferes, policías y autoridades de control.
Es absurdo e inaceptable que un ciudadano modesto y humilde, que solo pretende disfrutar de sus vacaciones, pierda la vida por la irresponsabilidad de ciertos choferes que no aprenden: manejan con la mayor negligencia, tratan mal al pasajero y, por último, cuando matan a decenas de personas, si no mueren en el accidente, huyen y las cooperativas no se hacen cargo de nada.
Con el fallecimiento de 29 personas pierde todo el Ecuador por dos vías: la gente profesional y humilde que solo aspira a trabajar para cambiar este país desconfía del servicio público que prestan los transportistas, pero no tiene otra opción.
Si el Gobierno optara por estatizar o municipalizar el transporte se levantarían voces de protesta en defensa de la libertad de empresa y de trabajo.
Y por otro lado, la gente dirá: ¿De qué nos sirven buenas carreteras, donde se ha invertido dinero y recursos de todo tipo, si un chofer irresponsable -por correr, como en una pista de competencias- mata a sus pasajeros? Por eso perdemos la fe en todas las promesas que hacen los dueños de las cooperativas, y también en la Policía de Tránsito, que deja pasar estas arbitrariedades en sus narices.
Nadie les devolverá la vida a esos 29 compatriotas. Y ya es hora de tomar sanciones con mayor rigor para con las
cooperativas que socapan choferes y unidades al servicio de la muerte y no de la gente.