Con la presencia de más de 20 presidentes, jefes de Estado y líderes mundiales asumió ayer el mandato presidencial de seis años el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, máximo dirigente de Morena (Movimiento Regeneración Nacional), con la idea de consolidar el desarrollo de México, cuya economía se encuentra entre las más sólidas de América Latina.
Explicó que el desarrollo se va a financiar sin aumentar ni crear nuevos impuestos, “sin gasolinazos” y mediante el respeto a los equilibrios macroeconómicos. Lo dijo durante la “toma de protesta”, como denominan los mexicanos a una ceremonia de posesión del cargo más importante como es el de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que tiene una población de 120 millones de habitantes y es un Estado laico.
Lo repitió muchas veces en su tercera y definitiva campaña por la presidencia, que primero se enfocará en la política interna, cuyo mayor problema es la violencia generada por los carteles del narcotráfico que tienen a México con los mayores índices de homicidios en el mundo. La economía mexicana mantiene un ritmo positivo de crecimiento y solo en materia de inversión extranjera existen compromisos por $ 200.000 millones, tan solo en el sector energético. Las metas de crecimiento en el sexenio de AMLO son alentadoras porque espera 4% del PIB por año. Su antecesor, Enrique Peña Nieto, no superó el 2,4% anual.
La expectativa a escala mundial será su relación siempre complicada con Estados Unidos, país con el que comparte 3.000 kilómetros de frontera y un tratado comercial que incluye a Canadá. La reacción de Trump por el triunfo de AMLO fue prudente y EE.UU. estuvo representado ayer por el vicepresidente Mike Pence. Para Ecuador, México es importante en materia comercial y hace pocos días ese país eliminó la exigencia de visa con fines de turismo para los ecuatorianos. La delegación nacional estuvo encabezada por el presidente Lenín Moreno y por el canciller José Valencia. (O)