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La democracia se fortalece con la libertad de expresión. Eso lo sabemos muy bien los ecuatorianos que salimos de un régimen autoritario y controlador del pensamiento y de la palabra. Pasamos de la persecución a los críticos y a los opositores, al respeto del otro. En dos años de Gobierno, el cambio ha sido grande en este tema: reformas a la Ley Orgánica de Comunicación con el apoyo de las Naciones Unidas y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
También el actual Gobierno firmó la Declaración de Chapultepec, cuyo principio fundamental es que ningún medio ni periodista debe ser sancionado por difundir la verdad, formular críticas o denunciar a los poderes. Además creó el Comité para la Protección de los Periodistas en situaciones de riesgo, que está a cargo del Consejo de Regulación, Desarrollo, Promoción, Información y Comunicación (Cordicom). Este organismo, que en el régimen pasado contaba las métricas de los medios de comunicación, y la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia organizaron este sábado la Jornada por Libertad de Expresión y Responsabilidad, en la cual participaron 240 periodistas, docentes, medios y gremios de la comunicación. Allí expusieron panelistas extranjeros y nacionales: Claudia Palacios, periodista y escritora colombiana, expresentadora de la CNN; Santiago Peña, excandidato presidencial de Paraguay; Roberto Izurieta, director de proyectos para América Latina de The George Washington University, entre otros. Ellos abordaron temas relacionados con la libertad de expresión, la comunicación en la era de las fake news y de la desinformación, la estrategia y la comunicación política, entre otros. Todos reconocieron los avances de Ecuador en materia de la libertad de expresión. Peña, por ejemplo, dijo que este país tiene el reconocimiento internacional por los cambios radicales que ha hecho sobre el tema. Palacios recordó la responsabilidad de los periodistas, medios y audiencias en esta época de las fake news y la desinformación, mientras Izurieta destacó que la democracia es concomitante a la libertad de expresión, la una no puede existir sin la otra. (O)