Seguramente que sí, pero no su dirigencia, solo sus afiliados. Ni la dirigencia de los gremios de periodistas ni la patronal de los medios asistieron a la comisión sectorial que fija el sueldo básico de los profesionales de la comunicación. ¿Por qué?
Por una sola razón: no les interesa la calidad de vida de los periodistas, mucho menos defender y apoyar un salario digno para ellos.
No hemos oído una sola palabra de los dirigentes de los gremios de los comunicadores, tampoco hemos leído información en los medios de comunicación privados y comerciales, exigiendo salarios dignos para sus afiliados.
Eso prueba de qué lado están los dirigentes gremiales de los periodistas. Se entendería que la AEDEP, la AER y la Asociación de Canales no apoyen el incremento de salarios, pero no se espera eso de los colegios de periodistas y la UNP.
Por eso la decisión tomada ayer por el Gobierno Nacional de elevar a 800 dólares el salario básico de un periodista titulado y a 600 a quienes no posean título es una conquista histórica de la cual están ausentes los dirigentes gremiales, que ahora sirven a los dueños de las empresas periodísticas.
Eso, a la larga, garantiza dos cosas fundamentales en el ejercicio profesional: reconocimiento a una tarea dura, difícil, poco reconocida, pero también una mejor calidad de servicio, porque sabemos que señalando los mínimos también hay esfuerzos que hacer para garantizar a la ciudadanía información de calidad.
Paradójico pero cierto: la lucha de los gremios no fue la que alcanzó el salario digno, sino la decisión del gobierno. Y eso, a la larga, también demuestra esa crisis de representación de los gremios. Por lo mismo, la pérdida de credibilidad, que es lo que todo periodista y medio valoran, ahora les ha llegado a los dirigentes de los gremios periodísticos, que solo aparecen a defender la libertad de expresión de los dueños de los medios.