La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, dijo en días pasados que tenía conocimiento que para Guayaquil se quería aplicar, de parte de las autoridades de Salud, la inmunidad de rebaño, es decir que se contagie la mayor cantidad posible de personas y así se genera la inmunidad pero, en ese proceso, también iban a morir miles de ciudadanos.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) desmintió tal afirmación. El viceministro de Salud, Xavier Solórzano, dijo que era absurdo, ya que la “inmunidad de rebaño” es un concepto epidemiológico y que el concepto básico es tener de 10 personas entre 7 y 8 que sean inmunes para paralizar la circulación del virus. “Si somos 17 millones de ecuatorianos quiere decir que para llegar a ese 70% debemos tener alrededor de 15 millones de ecuatorianos contagiados lo cual es absurdo”, destacó el funcionario.

Reino Unido fue uno de los países que quiso apostar por la “inmunidad de rebaño” pero cientos de científicos, en primera instancia, mostraron su desacuerdo, ya que si todo el mundo enferma a la vez, el sistema de salud colapsa y ya podemos sacar conclusiones del resultado.

Por eso hasta que la curva de contagio de aplane y empiece el decrecimiento, como ya se lo ha dicho desde que inició el aislamiento y las medidas restrictivas de circulación, la mejor vacuna hasta ahora es quedarse en casa.

Es inaudito que haya personas que aún piensan que son autoinmunes al virus, que no les va a pasar nada y se convoquen para hacer fiestas, para visitar a sus familiares, para ir a comprar víveres en familia, para ir a una cancha de fútbol, para asistir sigilosamente a algún evento.

El confinamiento es definitivamente una situación a la que los humanos no estamos acostumbrados y ahora muchos entendemos lo que es pagar una condena, o el cautiverio de animales. Pero también hay que entender que es justamente ese confinamiento el que les va a salvar la vida a muchas personas y, sobre todo, a quienes son más vulnerables al virus. (O)