Entre todas las causas que generan violencia hay una que indigna más debido a la brutalidad con la que se comete: el femicidio.

Según estadísticas mundiales, este delito es el mayor responsable de muertes de mujeres y su erradicación es urgente para prevenir la violencia que, en la mayoría de los casos, es el resultado de la ignorancia y del machismo que impera en la sociedad. 

El país no terminaba de salir de la indignación que causó la cobarde y alevosa violación contra Martha en un bar de Quito, el domingo de la semana pasada (13 de enero de 2019), cuando se entera de que el sábado por la noche (19 de enero de 2019), en Ibarra, un ciudadano asesinó a su pareja con arma blanca delante de la policía y de personas que incluso transmitieron el episodio en vivo a través de las redes sociales.

¿Qué nos pasa, por qué nos cuesta reaccionar ante semejante brutalidad, por qué en vez de ayudar algunos prefieren el morbo de transmitir la violencia? Existen protocolos policiales en estos casos que no fueron debidamente procesados y por eso la autoridad anunció sanciones y destituciones.

El Presidente de la República se pronunció sobre el crimen. ¡Todos somos Diana! Ecuador es un país de paz y “no permitiré que ningún antisocial nos la arrebate”, fue la respuesta de Lenín Moreno frente a este acto de cobardía.

#TodosSomosDiana pic.twitter.com/BE4RuduxT2

— Lenín Moreno (@Lenin) 20 de enero de 2019

También hizo un llamado a la policía para que reaccione con firmeza contra la delincuencia y el crimen. Para quienes no hicieron nada que evite el asesinato de Diana se aplicará todo el peso de la ley, dijo el mandatario.

La ministra del Interior, María Paula Romo, instó al uso de la fuerza policial cuando se trate de defender una vida como la de Diana o evitar un delito. Ecuador necesita de urgencia que las políticas públicas sobre la prevención de la violencia de género sean conocidas por toda la sociedad.

Que se conozca que las penas para esos delitos son severas, como por ejemplo los 29 años de prisión que podrían afrontar los violadores de Martha. (O)