No es fácil aventurar una cifra de cuántos venezolanos han ingresado a nuestro país, porque muchos solo están de tránsito en su afán de llegar hasta el sur del continente, para reunirse con familiares o para buscar nuevas oportunidades que la situación de su país les niega. Lo que sí está claro es que desde hace dos semanas, aproximadamente, el flujo de venezolanos ha aumentado tanto que el solo trámite de pasar de un lado a otro de la frontera demora entre dos y tres días. Varias crónicas de los medios de comunicación cuentan un hecho estadístico, el flujo, pero el humano o las razones para abandonar un país y aventurarse hacia destinos desconocidos es más difícil de explicar.
Es tan alta la movilización de venezolanos que las autoridades migratorias decidieron declarar una alerta de movilidad en tres provincias: Carchi, Pichincha y El Oro. La idea tiene un fundamento solidario para ayudar en los trámites y también para facilitar que se transporten dentro del país con el menor número de obstáculos posibles. La mayoría de venezolanos viaja en autobuses, pero hay historias de vida de muchos que han salido de su país en bicicletas o simplemente a pie, recorriendo por varios días montañas y llanos de Colombia o de Ecuador, incluso de Roraima, en Brasil.
Ecuador es un país solidario que está atento a la situación de los venezolanos para que su paso por el país hacia otros no sea tan complicado. El Viceministerio de Movilidad Humana coordina con las ciudades de tránsito y con los representantes del sistema de las Naciones Unidas para asistir y preservar la vida de quienes ingresen. Hay muchos que han arribado con enfermedades crónicas que han recrudecido como consecuencia de dormir en los puentes fronterizos bajo condiciones climáticas adversas y existe la amenaza de epidemias, como el sarampión y la fiebre amarilla. Ha llegado el momento de que las entidades internacionales también dirijan sus recursos a ayudar en esta crisis. En las terminales de buses hay venezolanos hacinados que subsisten gracias a la solidaridad de muchos ecuatorianos. (O)