En estos días, los organismos multilaterales han revelado el impacto económico del covid-19 en el mundo, en América Latina y por supuesto, en Ecuador.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) predice caídas del 3%, 5,2% y 6,3%, respectivamente. Sin embargo, en el escenario supuesto de que los efectos de la pandemia se disipen en el segundo semestre de 2020 y que las medidas de contención aplicadas en cada país surtan efecto, el organismo proyecta signos de recuperación en 2021 con un crecimiento mundial estimado del 5,8%. Para América Latina la recuperación será del 3,4% y Ecuador crecería un 3,9%, de acuerdo a las proyecciones presentadas ayer.
La situación económica del Ecuador es compleja pues el crecimiento del Producto Interno Bruto se acercó a cero en 2019, afectado por el modelo económico aplicado en la administración anterior, medidas de consolidación fiscal que obligaron a hacer ajustes en el Presupuesto General del Estado y el descontento social, sostiene el Banco Mundial (BM).
No obstante, el organismo reconoce que el Gobierno ecuatoriano respondió rápidamente a los primeros signos de la crisis, considerando los grandes desequilibrios fiscales que enfrentamos y el acceso limitado a financiamiento internacional. El informe del BM indica que a medida que la crisis se desvanezca, se espera que el crecimiento se acelere y regrese a un nivel moderado pero creciente, tendencia favorecida por reformas que promuevan la inversión. Este multilateral predice que Ecuador decrecerá 6% este año, mientras que crecerá 3,2% en 2021.
Tanto el FMI como el Banco Mundial hacen un llamado a los países a implementar medidas para, primero, contener los contagios del covid-19 incrementando los recursos para el sector de la salud. Y segundo, que se implementen medidas económicas para amortiguar el impacto que la disminución de la actividad de personas, empresas y del sistema financiero. Ecuador, con sus limitaciones, ha anunciado medidas en esa línea; ahora todos los sectores esperan concreciones. (O)