En la internet abundan las cifras, los datos; las perspectivas. La propia Red ha puesto a pensar (y correr) a muchas industrias sobre la necesidad de involucrarse más en la carrera de la digitalización. Hoy en día se valora más a las empresas que tienen capacidad de evolucionar, innovar y romper esquemas.
El informe Global Entertainment & Media Outlook 2019-2023 prevé que en tres años los ingresos digitales de la industria del entretenimiento supongan el 61,6% a escala global. En el 2019 fueron del 55,4% y en el 2014 alcanzaron el 40,7%. El documento, realizado por la firma PriceWaterhouseCoopers (PWC), analizó en la edición del año que termina 53 mercados.
En ese contexto de disrupción, digitalización e innovación, Ecuador tiene desafíos en todos los órdenes. Sin embargo, se debe escoger las batallas. El cambio es tan rápido que mientras se trata de entender la evolución, ya hay una novedad; eso hace imposible abarcar todo.
La digitalización no solo implica acceso a internet, trae consigo una alfabetización de usos y servicios para las generaciones que están aprendiendo (que no necesariamente son las más jóvenes). Las empresas, como está ocurriendo en el resto del planeta, deberán profundizar en el ahora famoso big data, es decir analizar datos para llegar directamente a sus usuarios. Muchos gigantes de la tecnología ya desarrollan Inteligencia Artificial. Incluso naciones como China tienen como política de Estado la innovación.
En el año 2020 habrá que reflexionar como sociedad hacia dónde ir en un mundo globalizado. Pero también se deberá volcar todo el conocimiento en el sustento de las generaciones que aún aportan al país. Los adultos mayores, por ejemplo, deben recibir los beneficios de la evolución tecnológica.
La internet no es solo para millennials y centennials, ni el análisis de datos solo para las empresas; la salud también se nutre de ellos. Este nuevo año nos pone incluso en un reto a los medios de comunicación porque la internet puede ser nuestro aliado o nuestro verdugo. (O)