La compra de productos para el combate a la pandemia del coronavirus se ha convertido en un dolor de cabeza para varios países. A medida que la pandemia se iba expandiendo, algunos gobiernos recurrieron a diversos proveedores, a fin de abastecerse de productos sanitarios básicos que luego han tenido que desechar o devolver entre denuncias sobre problemas de fiabilidad.
España, Turquía y República Checa recibieron decenas de miles de kits de diagnóstico rápido que desecharon por inservibles, mientras que Holanda tuvo que retirar miles de mascarillas que distribuyó al personal de sanidad, por su calidad.
Ecuador no escapa de esta problemática. A finales del mes pasado, el IESS tuvo que parar una contratación ante las críticas recibidas por irregularidades y presunto sobreprecio. La cuantía del contrato era de $ 10’017.754 para adquirir dispositivos e insumos médicos para solventar la emergencia.
Un mes más tarde, otro escándalo de corrupción sale a la luz pública en el país, en esta ocasión por presunto sobreprecio en la compra de 4.000 bolsas para embalaje de cadáveres, por parte del hospital Los Ceibos, del IESS. Por cada bolsa se habría pagado $ 148,50, cuando en el mercado los precios van desde los $ 12,00 cada una. En un comunicado oficial, la casa de salud asegura que el proceso se realizó con “total transparencia y apegado a la normativa establecida por las entidades de control”.
Con base en un parte policial que recoge denuncias ciudadanas, ayer la Fiscalía inició una investigación y realizó siete allanamientos en los que detuvo a 16 personas, decomisó tres CPU, dos laptops, agendas y una caja fuerte. Lo que vienen son las diligencias de ley, como la toma de versiones, la audiencia de flagrancias para los sospechosos, peritajes de lo decomisado y otras, con lo que buscará verificar si se cometió el delito de peculado u otro.
Los 17 millones de ecuatorianos estamos pendientes de las investigaciones, y de haber culpables, exigiremos la sanción que se merecen quienes aprovechan la crisis que nos afecta para enriquecerse. Una sanción ejemplar es a lo que se aspira. (O)