Ayer ocurrió algo que se preveía. Quito superó a Guayaquil en el registro del número de contagios con el nuevo coronavirus. Según datos oficiales, la capital alcanzó este jueves los 11.900 casos, en tanto que el puerto principal aparecía con 11.788 en las estadísticas.
Las autoridades advierten desde hace días sobre la actitud irresponsable que muestran los quiteños respecto a la posibilidad de contagiarse con el covid-19. Los controles que se realizan a diario, sobre todo los de fines de semana, siempre generan novedades desde hace alrededor de un mes y medio. Uno de los hechos que más revelan el comportamiento de los habitantes capitalinos ocurrió el sábado anterior.
La Policía descubrió una fiesta en el sector de La Argelia, en el sur de la ciudad, a la que asistían 40 personas que bebían y se divertían sin respetar el distanciamiento social ni adoptar las precauciones del caso, como el uso de mascarillas. Lo alarmante fue que cuando los uniformados llegaron al sitio para terminar con la reunión, uno de los participantes les dijo a los gendarmes: “¿O sea que para hacer un cumpleaños hay que pedirles permiso a ustedes?”. La frase muestra, sin duda, el irrespeto a las normas del que hacen gala los capitalinos en la actualidad.
Lo grave es que como contraparte, a pesar de los esfuerzos de las autoridades locales y nacionales, los servicios de salud en la urbe están a punto de ser desbordados y decenas de personas se acercan a diario a los hospitales en busca de atención. Lo que la persona que profirió la frase el fin de semana anterior a los policías y muchos otros parecen no entender es que la pandemia no se trata de una situación en la que una persona se contagia y se afecta únicamente ella.
El asunto es mucho más serio pues quien contrae el virus, lo transmite y, entonces, afecta a personas quienes no tienen la culpa. Y luego, cuando los irresponsables piden atención para ellos o sus familiares y esta se dificulta, seguro estallan en redes sociales por una presunta falta de garantías del Gobierno para atender la pandemia. ¡Basta ya! (O)