Ecuador tiene 12 propuestas para repotenciar a la CIDH
El presidente Rafael Correa participará hoy en la reunión de cancilleres de los países que reconocen el pacto de San José, acuerdo internacional eje del Sistema Interamericano.
La cita, que se realiza en Guayaquil, podría ser crucial para que Ecuador obtenga el respaldo mayoritario de los países americanos en la propuesta de reforma a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El evento debía desarrollarse el pasado viernes, pero la muerte del mandatario venezolano, Hugo Chávez, pospuso la cita para hoy.
Correa, en varios foros internacionales, ha destacado la necesidad de modificar el Sistema Interamericano, al que acusa de estar tomado por el “ONGismo” y de servir a la política exterior norteamericana.
Sus críticas se centran básicamente en la CIDH, un organismo que constituye la antesala de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH). Correa siempre critica que la CIDH tenga sede en Washington, cuando Estados Unidos no ha firmado el pacto de San José, que dio vida a la CorteIDH.
Esa postura le ha valido el rechazo de los periódicos más influyentes del continente y de las ONG, los cuales consideran que Correa quiere restar independencia a la CIDH, sobre todo luego de que el organismo no le diera la razón en la demanda que interpuso al diario El Universo.
Básicamente Ecuador quiere que los países inicien la reforma de su sistema de derechos humanos, tomando como punto de partida el informe aprobado en la última sesión general de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Cochabamba (Bolivia) en junio pasado.
Ese documento (elaborado por Venezuela, Ecuador, Brasil, entre otros países) exige a los países americanos que se adhieran a los instrumentos del sistema y modifica los estatutos de la CIDH para que consulte a los Estados antes de emitir medidas cautelares.
También propone que la CIDH revise sus criterios y procedimientos para la elaboración de informes sobre los países que necesitan mejorar en materia de derechos humanos.
Ecuador quiere también que se prohíban las donaciones de países fuera del continente o de ONG. Por eso propone que todas las relatorías de derechos cuenten con igual presupuesto, lo contrario de lo que ocurre ahora, porque la veeduría de libertad de expresión cuenta con autonomía y más fondos.
Por eso, la diplomacia ecuatoriana buscará hoy alcanzar un consenso para llegar a la asamblea general de la OEA, que se efectuará el 22 de marzo en Washington, con un acuerdo bajo el brazo.
El canciller Ricardo Patiño aseguró el sábado que Argentina está dispuesta a ser la nueva sede de la CIDH. El gobierno de Cristina Fernández “ha planteado la posibilidad de que en Buenos Aires sea la sede”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores durante el enlace ciudadano del presidente Rafael Correa. Para Patiño, la CIDH “se ha convertido en un ente inquisidor”.
Las intenciones de Ecuador chocan con países como Estados Unidos, Canadá y Panamá, que defienden la vigencia del actual Sistema y se oponen a que las propuestas que apruebe la OEA sean vinculantes.
De hecho, el viernes pasado en la capital norteamericana la CIDH presentó a los embajadores su propio plan de reformas, que se ha trabajado de manera independiente.
El documento no aborda ninguno de los temas mencionados por Ecuador y sus aliados, solamente la elaboración de los informes. Y es allí donde se origina la división. Mientras países como Estados Unidos,
Canadá y Panamá quieren aprobar la propuesta de la CIDH, otros consideran esa iniciativa insuficiente. En la otra orilla se ubican Ecuador, Venezuela Bolivia y Argentina.
El exdiplomático Marcelo Fernández de Córdoba consideró que los países deben fortalecer a la CIDH, que es la primera etapa para llegar a la Corte Interamericana.
En ese sentido, dijo que las reformas, por ejemplo, deberían ir encaminadas a agilitar las acciones de la Comisión, las cuales deben ser rápidas e imparciales, pero tomando en cuenta que la entidad lo único que hace es admitir o no el reclamo, como una primera instancia, ya que realmente quien juzga es la CorteIDH, que está en Costa Rica. “Ojalá las reuniones y las decisiones que se tomen sirvan para robustecer al máximo el Sistema Interamericano, que además es el único en el mundo”, insistió.