A pedido de Ecuador todas las relatorías de la CIDH serán iguales
Doce horas debatieron los cancilleres de 34 naciones en la Organización de Estados Americanos (OEA) la propuesta de definir la función de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su financiamiento, así como el trato igualitario al resto de relatorías del organismo y no mantener exclusividad con la de Libertad de Expresión. Finalmente las reformas seguirán en discusión.
La postura que defendió Ecuador fue producto de una resolución de los estados parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, 19 países, que se reunieron por primera vez en Guayaquil.
El texto que se obtuvo de la reunión recoge la reforma que la CIDH aprobó esta semana para su propio reglamento, que entrará en vigencia desde el 1 de agosto. El órgano seguirá recibiendo contribuciones voluntarias “preferentemente sin fines específicos”, lo que permite a la CIDH seguir buscando fondos externos a la organización y los estados miembros, como reclamaba.
La resolución pide además avanzar hacia la plena ratificación de la Convención por los 34 estados miembros de la OEA, fomentar la "plena financiación" de la Comisión por parte del presupuesto regular de la organización, y pedir a la CIDH que trabaje para convertir todas sus relatorías en especiales.
Aunque no se consiguió una respuesta contundente en la Asamblea, María Isabel Salvador, delegada de Ecuador ante la OEA, manifestó que se pusieron sobre la mesa temas que al interior del organismo eran considerados tabú, lo que significa un gran avance y si no se consigue un resultado favorable inmediato se podrá obtener algo más adelante.
Es por ello que en las intervenciones la mayoría de cancilleres presentes manifestó su conformidad con que todos los miembros de la OEA ratifiquen el Pacto de San José para ser miembros plenos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH).
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, en su pronunciamiento detalló que Ecuador podría salir del SIDH si es que no se toman en consideración las propuestas, lo que generó que Argentina propusiera una cláusula en donde quedó establecido que el tema se seguirá debatiendo en las próximas asambleas. La siguiente reunión se realizará probablemente en Guatemala en junio de 2014, aunque no quedó un límite establecido para tomar una decisión. Sin embargo, el canciller de Guatemala pidió que no pasara de 2015. El Salvador había manifestado que Ecuador pediría que se realizara una votación para definir claramente la postura de los países, pero esto no fue necesario luego de que se incluyera la cláusula que extiende el debate sobre las reformas.
Lo que fue ratificado por Patiño, quien admitió antes de apoyar la resolución que su país había “decidido ir a la votación seguro de que iba a perder”, pero un intento de conciliación de Argentina y una reunión a puerta cerrada de última hora con representantes de ese país, Brasil, Uruguay y Perú lo convencieron de respaldar el documento.
“Nos alegramos mucho, pensábamos hasta hace muy pocos minutos que no era posible un consenso, nosotros no íbamos a aceptar que aquí se cerrara la discusión, y nos hemos alegrado de que no se cierre”, valoró Patiño, quien tenía previsto dar declaraciones a la prensa en Ecuador la tarde de ayer, pero no fue posible “por problemas en las conexiones aéreas internacionales que debía tomar el Ministro”, informó la cancillería ecuatoriana, por ello quedó suspendida para la mañana de hoy.
Por su parte, José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, manifestó que “es un muy buen resultado -el obtenido en la Asamblea Extraordinaria-, y si se logró por unanimidad mejor”. Al cierre de la reunión, el funcionario abogó por “iniciar un periodo en que la Comisión empiece a trabajar normalmente y pueda aplicar las medidas que decidió adoptar en su reglamento, algo que debería bajar mucho las tensiones” en la región.
Al inicio de la reunión Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, apoyados por Haití, plantearon las reformas que motivaron que se conformara una Comisión General para analizarlas durante toda la jornada a puerta cerrada, con los cancilleres y representantes repartidos entre los dos salones principales de la sede de la OEA.