El subsecretario de Comunicación, Patricio Barriga, expuso en Washington, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en Ecuador no se persigue personas sino delitos. Y aclaró que en varias publicaciones de la prensa hubo vulneración y atropello que no se parecen ni de lejos a una opinión.

“El insulto no es un criterio a respetar, alentar y aplaudir. Aquí se usaron los medios para todo menos como un servicio social”, dijo y agregó que las prácticas profesionales deficitarias han atentado contra la honra de las personas.

El funcionario informó que el Estado ecuatoriano ha hecho respetar los derechos de los periodistas cuando decretó un incremento salarial significativo para quienes ejercen esta profesión.

Además, el Gobierno ha exigido que las empresas dedicadas a la actividad comunicacional cumplan con sus trabajadores y acaben con cualquier vestigio de precarización. “Yo mismo puedo relatar cómo en nombre de la mística y el sacrificio, atributos de un periodista, se esquivaba el pago de horas extras, cuando fui reportero de una cadena controlada por banqueros. En ese entonces inicié mi jornada de presentador de noticias a las seis de la mañana y concluí, por estar de turno, al día siguiente -con el mismo traje- a las tres de la tarde.

Por fortuna la directora del noticiero tuvo piedad y me concedió descanso. De las 33 horas de trabajo fueron pagadas solamente ocho”, contó Barriga en relación a su experiencia cuando trabajaba en TC Televisión, canal que estaba en manos de los hermanos Isaías.

El director de Fundamedios, César Ricaurte, y el periodista Diego Cornejo denunciaron supuestos ataques a la libertad de expresión.