Harina y huevos por el “cumple” de Iván Kaviedes en Tumbaco
Un inusual cumpleaños, como no lo había tenido antes, vivió ayer el delantero Jaime Iván Kaviedes, quien conmemoró en el complejo de Tumbaco sus 34 años de vida.
El “Nine”, junto al resto de emergentes “criollos”, trabajó por cerca de 80 minutos en la definición. Centros y cabezazos les ordenó cumplir el estratega uruguayo Mario Saralegui, mientras los titulares después de un leve aflojamiento muscular rápidamente se dirigieron a las duchas.
Se demoraron ahí y luego el único que apareció fue el capitán Marwin Pita, aún sin haberse cambiado de ropa. El esperó en un costado de la cancha a que el entrenamiento terminara para conversar con el DT.
Luego ingresó con bermuda el delantero Édison Preciado, quien observaba desde el graderío los ensayos. El siempre es el encargado de llevar los singulares elementos de festejo “criollo”, cuando uno de los “militares” cumple años.
Pero ayer no lo hizo por advertencia del propio Kaviedes, que no deseaba ese tipo de homenajes. “Él es muy serio para estas cosas y por eso no vamos a hacerle nada”, comentó Preciado.
Sin embargo, en una rápida carrera apareció el asistente técnico Venancio Ramos con una funda. La asentó en las gradas y aprovechando que el “Flaco” escuchaba las últimas indicaciones de Saralegui, se dirigió hasta la cancha para sorprenderlo por la espalda. Uno a uno rompió cada uno de los huevos de la cubeta que llevaba y luego deslizó la totalidad de la libra de harina en la cabeza del ariete, que vio así teñido de blanco sus cabellos.
En esa acción colaboró el preparador de arqueros Fernando Moya. Enseguida el atacante se dirigió al camerino y con su mano inculpó a Preciado, quien intentó a la distancia explicar, pero Kaviedes solo siguió señalándolo.
Después de 30 minutos en la ducha salió el “Nine” con un jean nuevo y luciendo aún muy serio. Apenas sonrió cuando los miembros del cuerpo técnico corearon “Viva el cumpleañero”.