Con planificación, la familia puede lograr objetivos en común teniendo como elemento clave la optimización de recursos.

Verónica Rodríguez, de 39 años, madre soltera, inició el año con el propósito de manejar mejor su economía personal y la de su hogar.

La finalidad es hacer frente a la alimentación, alquiler de vivienda, pago del colegio de sus cuatro hijos, y demás servicios básicos.

Con la intención de conseguirlo, ella revisó los gastos y determinó sus deudas actuales. A partir de ahí busca la forma de reducir los consumos mensuales, sin dejar de lado lo elemental, y distribuir sus ingresos de tal modo que quede lugar para el ahorro.

Construir el presupuesto del hogar para el año implica de la participación de todos los integrantes de la familia, no es una responsabilidad exclusiva de la madre apunta Jorge Cadena, experto en finanzas familiares y empresariales.

El hecho de integrar a los hijos en la confección de la planificación, los hace conscientes de asimilar la valía de dinero desde temprana edad, lo cual ayuda en su formación, opina el analista.

El primer elemento para crear un presupuesto, familiar o personal es establecer lo que se desea hacer en el año, ya sea comprar un vehículo, una casa, muebles, iniciar un negocio, estudiar, cancelar las deudas pendientes o, como en el caso de Verónica, realizar un viaje.

Con esa idea clara, lo siguiente es esbozar la planificación financiera que empieza con calcular cuáles serán los ingresos, al menos de los primeros meses del año, y de igual forma proyectar los posibles gastos. Para lo último, Cadena aconseja tomar como referencia el promedio de los gastos de meses anteriores.

Aparte, mes a mes se debe anotar el destino del dinero. Mantener un registro diario es importante para dimensionar cómo se administran los recursos y así detectar qué gastos se pueden suprimir.

Para Verónica, el mayor reto será ahorrar. Ella percibe un ingreso mensual variable que ronda los $1.100, pero asegura que al final de mes no logra guardar más dinero del que quisiera.

Expertos en microfinanzas explican que sin importar la cantidad de salario que se reciba, incluso si es la remuneración básica, sí es posible ahorrar. Todo depende de los hábitos de consumo y priorizar las necesidades. La recomendación es guardar al menos el 10% de los ingresos mensuales. (I)