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Madres militares y policías se dan tiempo para estar con su familia

Maritza Álvarez es odontóloga con el grado de mayor del Ejército.
Maritza Álvarez es odontóloga con el grado de mayor del Ejército.
Imagen de cortesía
09 de mayo de 2020 - 20:11 - Redacción Sociedad

La emergencia sanitaria ha cambiado la forma de vida de todos los ecuatorianos por las restricciones a la que nos obliga la pandemia del covid-19.

El Día de la Madre que se celebra mañana será diferente para todos y mucho más para las mujeres que están en primera línea de lucha contra el coronavirus: doctoras, enfermeras, auxiliares, policías, militares, entre otras.

Sin embargo, todas se darán tiempo para recibir de sus hijos y esposos el reconocimiento, gratitud y cariño en este, su día.

Las autoridades de la Policía Nacional, resolvieron conceder el día libre a las aproximadamente 6.900 mujeres que tiene la institución, luego de las largas e intensas jornadas que han cumplido durante estos dos últimos meses.

A su vez, las mujeres militares tratan de aprovechar el mayor tiempo posible para estar con sus familias.

Este es el caso de Maritza Álvarez, odontóloga con el grado de mayor del Ejército. Es la directora del Dispensario Médico de la Primera División de Ejército Shyris, unidad militar ubicada en San Bartolo, al sur de Quito.

Tiene dos hijos, el primero de nueve y la segunda de siete años, quienes son el soporte para seguir adelante.

Junto con su esposo, que también es militar, han tenido que organizar su tiempo para atender a sus hijos sin descuidar el trabajo.

De igual manera lo hace en la ciudad del Coca, la cabo segundo Elizabeth Gutiérrez, quien trabaja como enfermera en el Hospital Militar de la Brigada Napo

En esta emergencia lo más duro, por su trabajo, ha sido no poder ir a su casa y compartir con sus dos hijos; comenta que al estar en contacto directo con pacientes esto le genera cierto temor de adquirir el virus y así contagiar a sus hijos, un varón de once años y una nena de tres años.

Las normas de bioseguridad han sido muy exhaustivas en este tiempo, cada vez que retorna a su casa debe quitarse el calzado, la ropa e inmediatamente bañarse, para después poder abrazar a sus hijos con confianza y seguridad.

Si hoy no podemos celebrar con nuestras madres, ya habrá momento, únicamente hay que dar gracias de tenerles con vida; hoy doy gracias a Dios de poder estar con mis hijos, ese es mi mayor regalo”, afirma. (I)

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