6 de cada 10 ecuatorianas han sufrido violencia en el país
El femicidio, principal problema de las mujeres en América Latina
Fue en el sur de Guayaquil, en la Isla Trinitaria. El exconviviente de María del Rosario, de 34 años, la apuñaló con un cuchillo 3 veces en el tórax, mientras viajaban en un taxi informal junto a sus 2 hijos menores de edad. El responsable del hecho, que podría tratarse de femicidio, fue detenido por la Policía. Los familiares de la víctima aseguraron que llevaba 2 meses separada de su expareja porque siempre había sido víctima de maltrato e incluso contaba con una boleta de auxilio.
El mismo día, el 22 de octubre pasado, se registró otro asesinato en Guayaquil. En la cooperativa Valle de la Flor, al noroeste, una mujer de 38 años murió dentro de su casa. Horas más tarde su hijo de 15 años la halló degollada y aún se investiga a los responsables de su muerte.
Un día después de este suceso se conoció el caso de Juleisy, quien a sus 18 años recibió un disparo en la cabeza, presuntamente por celos de parte de su pareja.
En la noche del 23 de octubre los vecinos de la Cooperativa Nelson Mandela 2, ubicada en la isla Trinitaria, escucharon el disparo desde la casa de Juleisy y se alarmaron al ver a la mujer con 8 meses de gestación ensangrentada en el piso.
Aunque la bebé de la víctima fue salvada, la joven falleció 3 días después. El acusado fue detenido por tentativa de asesinato, pero el cargo fue cambiado a homicidio.
Todos estos hechos no son aislados, más bien son el último eslabón de una cadena de violencia que empieza en los hogares y en la que los principales agresores son las parejas o esposos. Es más, la secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Carmen Moreno, no duda en definir al femicidio como el ‘principal problema para las mujeres en América Latina’.
Según ella, a pesar de los avances en el acceso a educación o salud, la mujer sigue siendo violentada en la región y lo peor es que es muy difícil cuantificar la violencia, no solo porque ellas callan sino también porque las autoridades se resisten a llamar los homicidios a mujeres como femicidios.
“Morir por su género es una de las cosas más graves que le pueden suceder a una mujer”, dice Moreno, quien compara el impacto del femicidio con el de las pandillas o el narcotráfico.
137 casos registrados
A nivel nacional 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia, según la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres.
De enero a septiembre de 2014, la Fiscalía ha registrado 137 homicidios, siendo Guayas la provincia con mayor número de casos, seguida de Pichincha, Esmeraldas, Los Ríos y Santo Domingo.
El 41% se asesinatos a mujeres se realizó con un arma blanca, el 27% con un arma de fuego, el 14% de forma contundente, el 13% por estrangulación y el 5% aún está en investigación.
En el Código Orgánico Integral Penal (COIP) se incluyó la figura del femicidio que sanciona la violencia ejercida en contra de las mujeres por ser mujeres, o por su condición de género.
El abogado penalista Santiago Sánchez ha tratado varios casos de violencia contra la mujer y recuerda que “cuando llegan al despacho dicen: tengo miedo, (el agresor) me va a pegar, me va a llegar a matar, me va a quemar la casa”. Como asesor jurídico les indica cuáles son las medidas de protección a las que tienen derecho.
“Si hay pruebas como una grabación, video o fotografía que muestre moretones, es más contundente para la etapa de juicio”, dice.
El artículo 11 del COIP garantiza los Derechos de la Víctima en cuanto a la adopción de mecanismos para la reparación integral de los daños sufridos, ingresar al sistema nacional de protección y asistencia de víctimas, como la ayuda integral con profesionales adecuados, entre otros beneficios.
Según el abogado Sánchez, que las mujeres conozcan que se encuentran respaldadas por el aparato de justicia ha motivado a que no se queden calladas y que denuncien los actos de violencia. “Las agresiones no tienen edad, pueden ser a los 15 años o a una persona adulta, lo importante es que las víctimas acudan a la unidad judicial competente”, expresa. Los especialistas recomiendan que al mínimo abuso, ya sea verbal, físico o sexual, la mejor alternativa es la denuncia.