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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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4,8 millones de niños de la región están mal alimentados

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Uno de cada cinco infantes menores de 5 años en América Latina y el Caribe registra retraso en el crecimiento, emaciación o pérdida involuntaria de peso o sobrepeso. Esto se debe a problemas de alimentación incorrecta antes de los seis meses.

El informe del Estado Mundial de la Infancia 2019 reveló que 4,8 millones de menores de 5 años sufrieron retraso en el crecimiento, 0,7 millones de emaciación y 4 millones tenían sobrepeso.

Estas tendencias -según Unicef- reflejan un crecimiento deficiente y son vulnerables. Pueden padecer infecciones, disminuir sus habilidades de aprendizaje y, en muchos casos, incluso morir.

Los más afectados
Guatemala es el caso más preocupante. Allí uno de cada dos menores de 5 años no crecen bien.

El país con el mejor indicador es Santa Lucía, donde solo uno de cada 10 no crece adecuadamente.

En cuanto al sobrepeso, 4 millones lo padecen. El informe citó el alarmante aumento en el colectivo de 5 a 19 años: uno de cada tres lo sufren.

El país con mayor prevalencia es Argentina. En esta nación dos de cada cinco están afectados. “El sobrepeso infantil puede conducir a la aparición temprana de diabetes tipo 2, estigmatización y depresión”, indicó el estudio.

Es un fuerte factor de riesgo para el desarrollo de obesidad en la edad adulta, con graves consecuencias para la salud y la economía.

El exceso de peso está vinculado con una serie de factores, según el organismo mundial. Entre ellos: el mercadeo inadecuado de alimentos poco saludables, la abundancia de ultraprocesados y el aumento del acceso a la comida rápida y bebidas altamente azucaradas.

El retraso en el crecimiento (cuando la estatura es  demasiado baja para la edad) es mayor entre los hogares más vulnerables.

El director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Bernt Aasen, detectó el inconveniente. “Para las familias pobres, tener comidas nutritivas cada día sigue siendo incosteable o inaccesible.

Un ejemplo es Guatemala, donde uno de cada dos menores tiene retraso. De tres a cinco menores tienen retraso de crecimiento entre el 20% de los más pobres. Y uno de cada cinco entre los ricos.

En América Latina y el Caribe se ingiere poca comida saludable y demasiada dañina para la salud.

El déficit afecta a las mismas comunidades y, a veces, al hogar.

El informe de Unicef indicó que las malas prácticas de alimentación y nutrición comienzan desde los primeros días de vida de un niño.

Dos de cada cinco infantes, de entre 6 meses y 2 años, no reciben la alimentación necesaria para sus cuerpos y cerebros.

Distintos factores perjudican las perspectivas nutricionales de las poblaciones vulnerables. Destacan la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y el daño al agua, el aire y el suelo.

Por lo que hizo un llamado urgente a los gobiernos, al sector privado, los donantes, los padres y madres, las familias y las empresas.

Para ello, pidió empoderar a las familias, niños y adolescentes para que puedan exigir alimentos nutritivos.

También abogar para que los proveedores de alimentos actúen en beneficio de los menores mediante un mejor etiquetado, incentivando y facilitando la provisión de alimentos saludables y otras estrategias.

Unicef planteó la necesidad de crear entornos alimentarios saludables para   los niños. Incluso mediante la adopción por parte de los gobiernos de políticas, como impuesto al azúcar y controles más estrictos sobre la comercialización de alimentos no saludables.

Bernt Aasen explicó que un entorno alimentario saludable, nutritivo, seguro, asequible y sostenible para cada niño está a nuestro alcance.

Para él, todos en América Latina y el Caribe pueden contribuir. Desde los gobiernos centrales hasta la industria alimentaria, desde las autoridades escolares hasta los padres de familia. (I)  

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