Hace 6.800 años, el Ecuador era habitado por la cultura Las Vegas, en la península de Santa Elena. Una noche voló por el cielo una esfera brillante, con un halo de luz en forma de cola. Es posible que los habitantes de esa tribu no supieran de qué se trataba. En realidad fue el cometa Neowise y este jueves 23 de julio de 2020 volverá a pasar sobre Santa Elena y todo el país. 

Lo particular de este cuerpo espacial es que fue recientemente descubierto en marzo de 2020 por el satélite Neowise, ubicado en el espacio, de allí su nombre. Su órbita elíptica es tan larga que se demora 6.800 años en darle la vuelta a la Tierra.

Desde el 17 de julio se lo puede observar en ciertos lugares del hemisferio norte durante la noche, aunque con dificultad y a través de equipos astronómicos. El panorama cambiará desde el jueves 23, cuando a simple vista se logre visualizarlo en el horizonte por estar a la distancia más corta posible con nuestro planeta.

A las 19:15 se prevé como la hora indicada para que el cometa aparezca en el firmamento ecuatoriano. En todo el territorio nacional se lo podrá encontrar por un lapso aproximado de una hora, explicó El director nacional del Observatorio Astronómico de Quito (OAQ), Ericson López. Se espera su visibilidad hasta el 3 de agosto, cuando su cola se vuelva tenue y desaparezca del ojo humano.

En una entrevista con El Telégrafo, López le recomendó a los interesados en presenciar este fenómeno natural, único en sus vidas, que utilicen prismáticos o binoculares para mirar el paso de Neowise. Además, la principal sugerencia es acudir a un lugar elevado y despejado.

El astrónomo mencionó que el cometa estará entre 15 y 20 grados sobre la línea del horizonte, hacia el noroccidente. Esto significa que edificios, árboles o montañas podrían obstaculizar su avistamiento.

“Si estamos en un valle es menos probable. Baños de Agua Santa está en una depresión rodeada de montañas. Es muy difícil”, agregó López. Esta complejidad hace más valiosa la oportunidad de observarlo, pues la próxima vez que se acerque a nuestro planeta será en el año 8820.

Un peculiar visitante estelar

“Los cometas no se observan con mucha frecuencia, son bastante raros”, dijo Lópéz. El científico apuntó que verlo a simple vista, gracias a su cercanía, es un hecho extraordinario. El Neowise trae a la memoria el paso del cometa Halley, que se espera retorne a la órbita terrestre en 2061.

López aclaró que el “visitante estelar” (por provenir del espacio) no es un objeto al que se deba considerar como buen o mal presagio. Para el experto se trata de un fenómeno inédito para la ciencia actual.

Al igual que los habitantes preincaicos de Las Vegas, la sociedad moderna será testiga de un hecho que no lo volveremos a ver en miles de años, ni nosotros, ni nuestros hijos, ni nuestras futuras generaciones. (I)