Beto y su salto de MasterChef a embajador turístico de Lago Agrio
Carlos Larco, mejor conocido como Beto, llevaba tres años alejado de su más grande pasión: la cocina. Curiosamente y sin planificarlo un reality de cocina le permitió retomar sus habilidades culinarias, al ser seleccionado para competir en la primera temporada de MasterChef Ecuador.
Antes del concurso se dedicaba al negocio de la construcción. “Lo único que hacía de mezclas era el cemento con la arena”, bromea.
Su esposa Valeria fue quien lo animó a participar. A ella le agradece su apoyo durante los tres meses que duró la competencia que fue transmitida por un canal nacional.
Él reconoce que cuando envió el vídeo para el casting creyó que no lo llamarían, pero se equivocó. Recuerda que a modo de promesa le dijo a su esposa, quien calmaba su ansiedad y temores: “Solo (es cuestión de) que me llamen e ingrese al grupo de los 18 para ganar eso. Tenía la convicción de conseguirlo y trabajar durísimo”.
Sin embargo, no solo logró llegar entre los tres finalistas, sino ser el ganador de reality internacional. El concepto que llevaban sus platos y el sabor hicieron que el jurado le otorgara el título como mejor cocinero aficionado del Ecuador .
Beto, quien nació en Quito pero reside en Lago Agrio, promovió la gastronomía amazónica en sus platos. Usó productos nativos como la chillangua, hojas de bijao y la cachama, un pescado frecuentemente consumido en la región.
Cuando ingresó al concurso prometió hacer conocer a su tierra. “Nosotros siempre hemos estado a un lado del desarrollo turístico del país. Lo vi como una oportunidad; enseñar al mundo lo que es la Amazonía”.
Precisamente, el primer plato que mostró para el casting fue el maito de gallina criolla parado. “Lo más difícil era envolverlo bien para que no se derramara el jugo que llevaba”.
En la final volvió a elaborar un maito, pero esta vez de paiche decorado con una costra de ajonjolí negro y blanco y yucas fritas horneadas y pintadas con tinta de calamar para que parezcan carbones. Además lo acompañó con una salsa holandesa de limón. El plato al que denominó “Orígenes” representaba su vida. A diferencia de los otros maitos -dijo- este era uno de vanguardia con el cual ponía a la cocina amazónica en otro nivel.
Desde los 15 años aprendió a cocinar. A esa edad tuvo un puesto de churros rellenos de manjar cubiertos de chocolate, en la feria de platos típicos de su colegio. Esa fue la primera vez que otras personas probaron algo hecho por sus manos. También tuvo un food truck de hamburguesas.
Beto es un hombre de retos. Hoy tiene uno nuevo en su vida: promover el turismo de su ciudad, a través de una serie televisión en Netflix o Disney que muestre los atractivos turísticos de su pueblo. Adelantó que invertirá lo que ganó en un proyecto piloto. “Este es uno de los proyectos más importante. Tendrá 8 capítulos de una hora para que así la gente se interese por conocer la Amazonía”.
Después de su participación en el reality MasterChef fue condecorado por el alcalde de Lago Agrio como embajador turístico de la ciudad. “Hay que fomentar el turismo y cambiar ese chip de que Lago Agrio es petrolero para generar otro tipo de proyectos". (I)